¿Y LA IDENTIDAD DE MM6 MAISON MARGIELA?: LA COLECCIÓN FALL 25 SIN GALLIANO
Por Andrea Cova - enero 17th, 2025
En la atmósfera sobrecogedora del Pitti Uomo de Florencia, bajo una estructura de vidrio que podría haber pertenecido tanto a una era futurista como a un sueño, MM6 Maison Margiela presentó su colección masculina para el otoño. Fue un despliegue que buscó reinterpretar los códigos del vestuario masculino con la audacia que caracteriza a la marca. Sin embargo, en medio de las luces que jugaban con los tejidos, una pregunta quedó en el aire: ¿Qué significa MM6 sin el pulso creativo de John Galliano?
El colectivo de MM6, ahora huérfano del diseñador británico, se enfrentaba a una tarea titánica: demostrar que la marca podía sobrevivir, e incluso prosperar, sin la presencia de su figura más icónica. Y lo hicieron con una colección que, si bien seductora y cargada de matices, también reveló la tensión entre la necesidad de innovar y el peso de un legado importante.
En 2006, Martin Margiela transformó el Teatro Puccini de Florencia en un escenario onírico completamente blanco, una declaración que redefinió las reglas de la moda conceptual. Diecinueve años después, MM6 optó por un camino opuesto: una paleta oscura con destellos de azul turquesa y un enfoque en textiles que coqueteaban con la teatralidad. Líneas limpias y volúmenes subvertidos marcaron la pauta, mientras materiales como lino engomado simulaban cuero y un esmoquin en lúrea resplandecía.
Cortesía MM6 Maison Margiela
Pero aquí está el dilema: en su esfuerzo por reinterpretar la masculinidad, MM6 parece haber perdido de vista lo que hacía único a Margiela. Su lenguaje visual, una vez subversivo y profundamente personal, ahora se siente como un eco cuidadosamente estudiado de un pasado que ya no les pertenece. Las referencias a Miles Davis y Venus in Fur aportaron un erotismo sugerente, sí, pero no lograron llenar el vacío creativo dejado por Galliano. Es imposible ignorar la cuidadosa ejecución de esta colección. Las texturas y las siluetas reflejan un dominio técnico incuestionable. Las correas de cuero y los azotes colgantes fueron detalles que canalizaron una energía cruda, casi primitiva, mientras los tejidos brumosos de denim negro sugirieron un mundo que oscila entre lo sublime y lo vulgar, como Florencia misma. Sin embargo, falta algo. Y ese algo es el alma de la irreverencia, el caos organizado que Galliano traía a la marca. Su ausencia no se traduce en una carencia técnica, sino en una pérdida de riesgo, de esa chispa que convierte un desfile en un manifiesto. MM6 se está reinventando, pero lo hace bajo el peso de dos titanes: Margiela y Galliano.
Cortesía MM6 Maison Margiela
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