“Un tributo a la visión creativa y la filosofía feminista de Diane von Fürstenberg (DVF) y su marca homónima, cuyo icónico vestido cruzado, creado hace 50 años, sigue siendo un conducto de expresión personal y autoempoderamiento para mujeres de todo el mundo”. Con aquellas palabras comienza el resumen de ‘Diane von Fürstenberg: Woman before fashion’. No el de la exposición del Brussels Fashion & Lace Museum, sino más bien del libro a publicar coescrito por la diseñadora y Nicolas Lor. Un texto que llegará a las librerías el próximo 26 de septiembre y que recoge, precisamente, el legado de una mujer cuyo trabajo transformó la industria de la moda. Páginas vibrantes, donde la contemporaneidad sucumbe ante la nostalgia para explorar el pasado desde una convergencia de ideas, anécdotas y diseños. Arte gráfico que se expande hasta las galerías del Museo de la Moda y el Encaje en Bruselas, cuyas puertas se abrirán hasta el 7 de enero de 2024 para recibir, por primera vez, una muestra dedicada a DVF.

MUJER ANTES DE LA MODA

El libro y la exposición del mismo nombre se fusionan para celebrar los 50 años de la diseñadora, su marca homónima y la creación del emblemático ‘wrap dress’. Sin embargo, ‘Diane von Fürstenberg: Woman before fashion’ no es una retrospectiva, sino un acercamiento libre a las obras de DVF. Tanto ella como sus creaciones se despliegan entre las paredes del museo, una experiencia que comienza en la moda y que termina en la persona, en la mujer. Un espejo al título de la exhibición que, a través de una interacción de visiones y una yuxtaposición de diseños y creaciones, proporciona las claves para comprender la carrera de Diane. Una tarea compleja e imposible de dilucidar sin examinar su visión sobre el feminismo, las políticas de género, el emprendimiento e, incluso, su vida privada. Siendo parte de una familia acomodada, en 1969 se casó con el príncipe Egon von Fürstenberg, de quien se divorció posteriormente, en 1972. Perdió el título nobiliario, sin embargo, mantuvo el apellido de casada, el mismo que a comienzos de los 70 dio vida a su firma homónima. “En el minuto en el que supe que iba a ser la mujer de Egon decidí comenzar una carrera. Quería ser alguien con aspiraciones, y no solo una chica que se casa con un príncipe”, comentó la diseñadora. “De joven, no sabía qué quería hacer, pero sí sabía qué tipo de mujer quería ser: una al cargo, responsable, pero no sabía cómo llegar hasta ahí”, explicó en otra oportunidad, siendo la moda y la experimentación las que abrieron su camino al éxito.

Fotografías gentileza Brussels Fashion & Lace Museum

THE WRAP DRESS: ÉXITO Y SEGURIDAD

Contrario al glamour y la opulencia que ensalzaron a la diseñadora durante los 70, fue en una fábrica de seda donde comenzó a crear, a probar. Vivió una temporada en París y luego se mudó a Nueva York, donde entre el hormigón y los retazos diseñó el ‘wrap dress’. Un vestido cruzado, adornado con un estampado de leopardo y un escote en V ultrafemenino, que revolucionó la industria y que, por lo demás, nació como una respuesta al déficit de prendas que se adaptaran a los gustos y necesidades de la diseñadora. Práctico, ligero y cómplice de la emancipación femenina que se vivía y reclamaba en la época. Un modelo sencillo, funcional, elegante y atractivo que marcó un antes y un después en la sociedad y los clósets de las mujeres. Perfecto para trabajar o ir de fiesta. El ‘warp dress’ -o vestido cruzado- se ensambló como la combinación idónea entre un… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #51 SUSCRÍBETE AQUÍ.

Fotografías gentileza Brussels Fashion & Lace Museum