El Año Nuevo chino sigue siendo celebrado por las distintas firmas de alta gama, es por esto que el tigre fue un motivo recurrente dentro de la nueva colección Otoño/Invierno de Vivienne Westwood. Wild Beauty, como la llamó, no solo toma como inspiración el felino, también contiene varias referencias la la propuesta de la misma temporada del 2001. Recordemos que la temática del Y2K llegó con más fuerza que nunca este año. Además, la diseñadora buscó reafirmar su compromiso con la sostenibilidad a través de esta última entrega.

Las manchas y las rayas son un patrón recurrente dentro de varias piezas, la referencia al desfile del 2001 es evidente, pero estos están adaptados para celebrar el Año del Tigre. Tal como la esencia del animal, el desfile irradió poder, fuerza, dinamismo y una belleza única de la naturaleza. Dentro de los 53 looks, el gran protagonista es el traje clásico en todas sus variedades. La estética de la colección está dada por una confección de sastrería impecable que no sigue reglas de tiempo, una gran característica de la moda británica. Las siluetas están enfatizadas con los hombros prominentes de la versión Westwood de una bomber jacket, o con largos cortes que responden a las tendencias actuales.

Cortesía de Vivienne Westwood

Transgresora y pionera como siempre, Vivienne busca estar en primera línea cuando se trata de innovación y cambiar el mundo. Por eso, esta entrega transmite un fuerte mensaje de crítica hacia la dominante fast fashion y la culpabilidad de ésta en el daño irreparable al medio ambiente. Optó por ocupar materiales de bajo impacto ambiental, libres de crueldad animal e, incluso, provenientes de colecciones anteriores. La diseñadora, como muchos otras pares, busca cambiar las prácticas negativas que por siglos se han llevado a cabo para la confección de ropa, derivando en la destrucción y contaminación de la naturaleza. Todo apunta a que esta podría ser la nueva causa de Westwood, una eterna luchadora de la justicia social.

Cortesía de Vivienne Westwood