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Lifestyle

WES ANDERSON Y LA MODA: UN IDILIO CINEMATOGRÁFICO

POR CAMILA LAGOS - noviembre 22nd, 2021

Hace menos de una semana llegó a Chile The French Dispatch, la obra más reciente de Wes Anderson. Como ya es un clásico del director estadounidense, la película invita a seguir tres historias diferentes, que por supuesto, están entrelazadas. Se trata de una carta de amor a las y los periodistas; una comedia dramática que, desde la ficción del siglo XX y una ciudad francesa creada para la ocasión, devela una serie de crónicas difíciles de explicar. Por su parte, estas cobran vida mediante el talento de Tilda Swinton, Léa Seydoux, Saoirse Ronan, Timothée Chalamet, Edward Norton, entre otros. Personajes de renombre que se desenvuelven entre un guion ingenioso, donde todo calza y nada es al azar. Colores, movimientos de cámara, planos, soundtrack y Milena Canonero detrás de la vestimenta. En definitiva, un nuevo mundo, que siguiendo esa eterna relación entre el arte y la moda, influencia el nuestro.

Conocido por su simetría multicolor, sus constantes evocaciones al pasado, la nostalgia cómica y un especial cuidado por los detalles, el director converge la moda de una forma majestuosa. Un idilio cinematográfico que se manifiesta a través de pequeños detalles y que influye las pasarelas con la misma maestría de sus películas. Así, en 1996 Anderson debutó con su primer film Bottle Rocket. Dos años más tarde estrenó Rushmore y aunque en esta ya se podía observar un estilo más definido, no fue hasta The Royal Tenenbaums que se ganó el aprecio de la crítica. Por ejemplo, esta sirvió de inspiración para la colección Otoño/Invierno 2015 de Lacoste, en la cual, se dejó ver un abrigo de piel fiel al de la película. Asimismo, un traje deportivo celeste hizo un guiño a la obra de 2001, donde la Birkin que llevaba Gwyneth Paltrow fue la protagonista.

Cortesía de Getty Images

Otro que constantemente alude los films de Anderson es Alessandro Michele. ¡Sí! El director creativo de Gucci, quien ha hecho suyas la excentricidad lúdica y peculiar del cineasta. Aunque quizás, es solo una coincidencia caracterizada por looks retro, pantalones acampanados y tonalidades pastel. Sin embargo, la colección Otoño/Invierno 2017 de la firma italiana demuestra ese vínculo entre la moda y el séptimo arte, pues la pasarela dejó entrever una máscara facial en forma de zorro. Una clara alusión a Fantastic Mr. Fox. The Grand Budapest Hotel es otra que ha influido a la industria con sus trajes monocromáticos, su opulencia y sus formas definidas o esos acabados aterciopelados de los años 60 y 20 respectivamente. Con esta misma surgió una sorpresiva – pero no inesperada – colaboración: Prada x Anderson.

Cortesía de Fondazione Prada – Bar Luce

Una maleta de la maison o una chaqueta de cuero. Lo cierto es que con El Gran Hotel Budapest, Anderson irrumpió en la Fondazione Prada, diseñando el Bar Luce; un viaje en el tiempo que fue precedido por el cortometraje, Castello Cavalcanti. La colección Primavera/Verano 2014 de Orla Kiely también está inspirada en las direcciones del estadounidense. En este caso, en Moonrise Kingdom, donde la feminidad se manifiesta mediante rosados pastel, boinas y zapatos Oxford combinados con calcetines blancos y uno que otro artilugio de explorador. Por su parte, la intensidad colorida de The Darjeeling Limited y Hotel Chevalier fue obra de nada más que Marc Jacobs, quien en ese tiempo (2007) era el director creativo de Louis Vuitton. Claramente, el equipaje de la maison hizo un cameo los films. Idilios de antaño que, ahora, con el estreno de Las Crónicas Francesas solo nos hace preguntarnos: ¿qué colecciones inspirará este cliché sesentero?

Cortesía de Getty Images

 

 

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