El amarillo canario inundó el Palais d’Iéna en París, pero no era solo un color: era un manifiesto por parte de Miuccia Prada. Miu Miu no vino a jugar a lo seguro en su desfile Otoño-Invierno 2025 en el Fashion Week de la capital francesa. Con una pasarela que parecía sacada de un sueño entre lo retro sesentero y lo futurista, la directora creativa de la casa italiana nos invitó a un viaje donde la feminidad no es una sola cosa, sino un caleidoscopio de emociones, texturas y siluetas. ¿El resultado? Una colección que desarma y reconstruye, que cuestiona y celebra, que nos hace preguntarnos: ¿qué significa ser mujer hoy?

La pasarela fue un viaje visual donde las siluetas estructuradas se mezclaron con detalles suaves y fluidos. Enaguas de satén, sujetadores cónicos y estolas de piel falsa convivieron con blazers oversize y faldas cortadas al bies, creando un equilibrio entre lo rebelde y lo romántico. Miuccia Prada jugó con la idea de la feminidad a través de prendas que contornean el cuerpo sin ceñirse a él, utilizando curvas y drapeados que otorgan libertad y movimiento. Los colores, desde tonos clásicos como el gris, marrón, beige y el negro, que entregaron la elegancia, hasta vibrantes naranjas, morados, verdes, amarillos y fucsias, que dieron el toque de dinamismo, reforzaron esta idea de una mujer que no teme ser multifacética. Con esta propuesta demostraron que el invierno también puede ser audaz y lleno de color y para todos los gustos.

La inspiración detrás de esta colección fue clara: cuestionar qué significa ser mujer en un momento histórico marcado por la incertidumbre. Prada se preguntó retóricamente: “¿Necesitamos la feminidad en este momento difícil para levantarnos?”. Y su respuesta fue contundente: sí, pero desde una perspectiva renovada. La colección rescata elementos tradicionales como los sujetadores bala, los broches y las pieles, pero los reinterpreta con una mirada contemporánea. No se trata de volver al pasado, sino de tomar lo que sirve y transformarlo en algo nuevo y poderoso.

Cortesía Miu Miu 

Miu Miu ha evolucionado desde sus inicios en los años 90, manteniendo su esencia joven y rebelde, pero adaptándose a los tiempos. Esta colección es un reflejo de esa evolución: una mezcla de nostalgia y modernidad, donde los calcetines largos en colores vibrantes y los tejidos de punto conviven con siluetas inspiradas en los años 50 y 60. La marca sigue siendo un referente de la moda que invita a las mujeres a explorar su identidad sin miedo, a través de prendas que son tanto una declaración de estilo como una reflexión sobre quiénes son.

El desfile no solo fue una exhibición de moda, sino una celebración de la mujer en todas sus facetas. Con un front row repleto de estrellas como Úrsula Corbero, Sydney Sweeney y A$AP Rocky y con una pasarla con profesionales y sorpresas, como Gigi Hadid, Sarah Paulson y Raffey Cassidy, Miu Miu demostró una vez más que su propuesta va más allá de las tendencias: es un diálogo sobre la identidad, la elegancia y la rebeldía. En un mundo que a menudo intenta encasillar a las mujeres, Miuccia Prada nos recuerda que la verdadera fuerza está en la diversidad y en la capacidad de reinventarse una y otra vez.

Cortesía Miu Miu