VIKTOR & ROLF COUTURE: LA SASTRERÍA DESENCAJADA
POR CAMILA LAGOS - julio 8th, 2022
La temporada pasada Viktor & Rolf presentaron un Couture que, como un culto a los vampiros, se alzó con siluetas dramáticas; figuras que se alzaban por sobre los hombros como levitando y una agudeza estructurada. No muy lejos de esa oda a Nosferatu: a Symphony of Horror, la reciente colección de Alta Costura de la casa siguió la misma línea. Bajo el nombre de Power Dressing, el fashion show se develó en tres actos. El primero de ellos, cuellos altos y estructurados que, tal como en el Couture pasado, levitaban por los aires, pero ahora, como una extensión de hombros y espalda que ampliaba la figura con aires masculinos y una sastrería desencajada. Precisamente, esa fue la premisa detrás de la entrega: “Nos gustó la idea de la ropa de hombre que no encaja, una masculinidad que no encaja”, comentó Rolf Snoeren, mientras que Viktor Horsting complementó diciendo que luego lo cambiaron para que encaje.
Y así fue. En la segunda mitad, los cuellos colapsaron hasta convertirse en franjas voluminosas. De triángulos a vuelos; de lo estricto y riguroso, a lo suave y relajado. De acuerdo con Snoeren, “es una actitud completamente diferente”, donde la naturaleza transitoria de las prendas, accesorios e incluso, personas, cobra sentido. Justo a la mitad del show, los diseñadores irrumpieron en la pasarela, se acercaron a una modelo y modificaron el atuendo. Con colgador en mano, quitaron la estructura de aluminio que mantenía elevada y extendida aquella chaqueta negra brillante: tiraron los cordones del interior de la pieza y la tela se amontó para dar paso a unos vuelos y un look completamente diferente. Incluso, retiraron los lentes de sol de la modelo y sus plataformas fueron reemplazadas por zapatos planos y puntiagudos. Los dobladillos comenzaron a rosarse y n cuestión de minutos, el atuendo cambió. La pasarela cambió.
Cortesía de Viktor & Rolf
Un Fall Couture que, como un antídoto a la realidad, presentó siluetas inesperadas, elegantes y surreales, donde expusieron el arte de la transformación. Todo, ante la atenta mirada del público. Los cortes tradicionalmente masculinos y esa sastrería en forma de V poco convencional, se convirtió en otra con detalles femeninos y voluminosos. Aun así, con una tradicionalidad expresada mediante camisas a rayas diplomáticas y tonalidades sobrias, protagonizadas por el azul marino, negro, gris y café. Algunos destellos de piezas en lavanda o patito marcaron la diferencia, captando la atención, pero no más que, por ejemplo, el look de inicio; mangas abullonadas, cintura ceñida y una estructurada y categórica silueta definida por hombros surrealistas. Incluso, un cambio en la iluminación que terminó por diferenciar los actos del show.
Cortesía de Viktor & Rolf
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