Hello, Upper East Siders! Gossip Girl here. Hoy vamos a visitar el corazón de Manhattan para recorrer -metafóricamente- la 101 East 63rd Street o, mejor dicho, the Halston’s House. Con diseños sensuales y glamorosos, el diseñador se tomó las calles neoyorquinas con una paleta de colores construida por el marfil, el negro y el rojo, pero mientras su prodigiosa visión artística conquistaba los 70, la noche con sus excesos lo conquistaban a él. La exuberancia y la intensidad definieron el estilo de vida de Roy Halston Frowick, quien entregándose a las fiestas, hizo de su hogar el refugio perfecto para las más infames celebraciones.

Escalera flotante y chimenea empotrada son parte del secreto resguardado por una fachada de vidrio que, a pesar de su transparencia, solo permite la vista desde el interior hacia fuera. Un misterio de estilo minimalista y contemporáneo que fue creado por el arquitecto Paul Rudolph en 1966 para los abogados Alexander Hirsch y Turner Lewis, pero que en 1974 fue rediseñado para que Halston lo habitara. Con ventanales ultra grandes y una sala de estar hundida, el hogar del estadounidense se convirtió en un espacio de culto que, con cuatro pisos y casi 700 metros cuadrados, vibró con las fiestas del diseñador por 16 años.

Muebles en tonos oscuros y ni una sola lámpara. El minimalismo y la simplicidad diseñada por Rudolph para Halston conquistaron al Upper East Side y con techos de casi tres metros de alturas, la luz natural entró para iluminar los días y las noches del estadounidense. La cochera rediseñada de mediados de siglo era una para obligada para el jet-set del Studio 54, especialmente, para la mejor amiga de Roy, Liza Minnelli quien incluso, llegó a festejar sus aniversarios en el este de la calle 63. Celebraciones constantes donde un invernadero de bambú y un balcón interior sorprendían a las y los invitados del diseñador.

El que fue el hogar de Roy Frowick por más de una década, hoy es habitado por Tom Ford quien, manteniéndose fiel a la estética creada por Rudolph, decidió dejarlo tal como lo conoció a los 18 años y sin derribar ningún muro optó por “poner muchas alfombras grises y muebles”. Un lugar simple y mínimo que, con un interior inspirador, se convirtió en un espacio icónico. Sinónimo de fiestas, excesos y diversión, la casa del Upper East Side representa parte sustancial del legado de Halston; uno que para la serie de Netflix debió ser recreado bajo la misma sofisticación y estilo del diseñador.