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Lifestyle

SIGUIENDO EL SOL DE SCHIAPARELLI

POR CAMILA LAGOS - enero 3rd, 2023

 

¿Cuántas maneras hay de interpretar el sol? Probablemente, infinitas. Desde el semicírculo en la esquina de las hojas que pintábamos en la infancia, hasta el círculo completo que llegó con la adolescencia y la adultez. Para Elsa Schiaparelli siempre hubo una: el oro. Incluso antes de convertirse en diseñadora, la italiana ya estaba destinada a ver a la vida de otras formas. Cuando niña, Giovanni Schiaparelli, su tío y un reconocido astrónomo italiano, le permitía observar el cosmos a través de su telescopio sin saber que, más tarde, estos terminarían siendo parte esencial del trabajo de Elsa. Con el sol como guía, la diseñadora comenzó su carrera lejos del diseño, aunque siempre relacionada al arte y la creación. De estudiar filosofía pasó a escribir poemas eróticos, mudarse a París y abrir “Pour le Sport” en el número cuatro de la rue de la Paix. Esto, en 1927, mismo año en que creó Trompe L’oeil, un suéter en blanco y negro con el que alcanzó el éxito internacional.

Luego vinieron las fragancias, las colaboraciones y el surrealismo en 1932. Seis años después, su amor por los cuerpos celestes se plasmó en Zodiac, su colección de Otoño-Invierno 1938/39. Probablemente, una de las entregas más icónicas de la industria. Esta allanó el camino para el pre-à-porter moderno y la Alta Costura y llevó la extravagancia a nuevos niveles. El zodíaco se convirtió en el hilo conductor de cada creación, entre ellas, la chaqueta Zodiac. Un ejemplar de color azul medianoche que, por supuesto, evocaba el cielo nocturno. Sobre él las constelaciones se manifestaban en forma de microcuencas, planetas con hilos dorados y 12 glifos enmarcados en diamantes de imitación para cada signo astrológico. A esta se le sumó la capa bordada por Lesage “Apollo of Versailles”. Un símbolo de magnificencia con sol bordado. Una máscara de rayos cubre la espalda de esta con hilos dorados y oropel que le dan aquella dosis de extravagancia y opulencia surrealista.

Cortesía Schiaparelli

Un emblema que se resguarda en el Palais Galliera, el Museo de la Moda de París, donde también se encuentra habitualmente la chaqueta Zodiac y la capa Phoebus. Aunque en este momento, la versión original de estas se exhibe en la retrospectiva Schiaparelli en el Musée des Arts Décoratifs en la capital francesa. Hasta ahí ha llegado el sol de Schiaparelli que, desde su primera vista en 1938, ha adquirido múltiples y diversas formas, ya se como anteojos o como exuberantes vestidos de Alta Costura. El Couture de Otoño-Invierno 2022 de la firma fue prueba de ello. Ahora, claro, bajo la visión de Daniel Roseberry que ha se ha sumergido en los archivos de la casa para reinterpretarlos con el surrealismo por delante. Un vestido donde el sol extiende sus rayos sobre el cuerpo u otro donde el rostro de las modelos o de quien lo leva se convierte en el centro del astro. No son interpretaciones literales, si no, metafóricas y surrealistas, tal como las que hacía Elsa en la década del 30-40. Obras de arte guiadas por el astro rey.

Cortesía Schiaparelli

 

Pero volviendo a la capa Phoebus, esta juega con los contrastes entre la simplicidad del frente y el exquisito bordado posterior. A diferencia de “Apollo of Versailles”, esta se presenta en un vibrante rosa mientras que los rayos del sol son un tanto más simple que en la versión oscura. Phoebus o Febo como también se le suele denominar está hecha en lana Schocking Pink y pertenece a la colección “Cosmic” de 1939. La máscara solar igual lleva el oropel y el hilo de oro como protagonistas, mantenido sus ligues con la colección anterior y a la vez, presentando tanto al dios Apolo (símbolo del sol en la mitología griega) como a Luis XIV, el Rey del Sol. El bordado fue diseñado por Christian Bérard y la artesanía hecha por Albert y Marie-Louise Lesage. Incluso en los primeros anteojos de Schiaparelli, aquellos que datan de 1950 y que llevan el celofán en sí, el sol con sus rayos que todo lo bañan, se manifiesta como el epicentro de todo. Hoy, el destello solar de la firma se manifiesta como una concepción surrealista, iluminando entre la Alta Costura y con el Shocking Pink de fondo.

Cortesía Schiaparelli

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