El nombre puede sonar conocido… ¿Matta?, ¿así como Roberto Matta el pintor? Pues sí. Sergio Matta, su hermano, también hizo su nombre, pero en la moda. No muchos diseñadores chilenos llegan a tener el nivel de influencia y trayectoria que él tuvo. Es más, ha sido el único nacional que ha logrado triunfar en la alta costura francesa. Pero siendo justos, se formó nada más y nada menos que en París. Fue a principios de los años 50 que se radicó en la capital para comenzar un largo y exitoso camino en el rubro.

Su carrera comenzó en 1931, cuando a una corta edad trabajaba en la boutique de decoración de sus hermanos en Providencia. Al tiempo armó sus maletas y partió a Nueva York donde estudió por un tiempo en el Actor’s Studio. Comenzando en Europa, su talento como dibujante y su sofisticación fueron los motivos por los que colaboró Elsa Schiaparelli lo contrató en 1950. En este trabajo tuvo el encargo de diseñar una pequeña colección que estaría disponible únicamente en la boutique de Place Vendôme. Poco después la muerte de Jaques Fath le jugó a favor: su viuda Geneviève le pidió ayuda para que tomara el rol de la creación de las colecciones. En 1958 llegó su momento.

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En la avenida Franklin Roosevelt nro.10 abrió su propia maison de alta costura con la ayuda del Barón de Redé y el chileno acaudalado Arturo López, también establecido en París. Desarrolló una elegancia que lo llevó a aparecer en reconocidas revistas de moda. Con sus modernas ilustraciones y bocetos creaba diseños de alta costura al mejor estilo parisino. Su clientela era de índole internacional, pero a pesar de su éxito, tuvo que cerrar su negocio en 1962 tras la muerte de uno de sus inversores. Al año siguiente comenzó a firmar las colecciones de Maggy Rouff, con una estética particular de asimetría y geometría. Una de sus mejores clientas chilenas fue Marie Louise de Clermont-Tonnerre (o Pérez Orrego soltera), para quien confeccionó un delicado vestido de novia.

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