Muchas de las opciones de hidratación que encontramos en el mercado, ofrecen un porcentaje muy bajo de ingredientes 100% orgánicos. A lo largo de los años se ha descubierto que los productos de la naturaleza son y serán los mejores para revertir los signos de la deshidratación de nuestra piel. Por tanto, la cosmética orgánica se ha convertido en un elemento muy deseado por quienes invierten en el cuidado del rostro. Esto, porque no incluyen en su receta parabenos tóxicos que puedan dañar la dermis. Hemos hablado de la rosa mosqueta, el aloe vera, y hasta del aceite de coco. Sin embargo, te contaremos sobre un secreto que la naturaleza tenía muy guardado.

El cactus. Una planta originaria de América y de los lugares más desérticos del mundo. Tiene mucho sentido pensar que las condiciones climáticas en que sobrevive, hacen que busque naturalmente la forma de auto hidratarse, por lo tanto, y gracias a la dermocosmética, puede llegar hoy a nuestras manos. Y no como una planta ornamental, sino que como una crema para el rostro. Sus propiedades pueden ayudar a calmar la piel sensible y enrojecida, a trabajar las manchas por la edad o por el sol, y ser un potente antioxidante. Es endémica de nuestro país, pero ¿imaginabas que una planta cubierta de feroces espinas, pueda tener en su interior un rico activo para tu piel?.

Que hojas, flores, frutas o cereales pasen a nuestra rutina de skincare ya no es sorpresa, el cactus sí lo es. Siempre ha sido tendencia en nuestros espacios como decoración y ahora, marcas como Weleda, lo trae directamente a nuestras mejillas. La firma es reconocida internacionalmente por ser una empresa pionera en la elaboración de productos en su totalidad orgánicos, y esta vez ha creado una crema de rostro con extracto de este poderoso arbusto. Imaginar un escenario estilo western es pensar en estas singulares plantas, y es posible que nunca supiéramos que detrás de ellas, se escondía la magia de un tejido acuoso capaz de revertir los signos de la resequedad de nuestra piel.

Cortesía de Weleda