Si alguna vez te imaginaste cómo sería el jardín del edén, Schiaparelli también lo hizo. Esta vez, nos ha llevado hasta el más profundo encanto de la naturaleza y sus bondades que mejor la representan, la flora y fauna. Si se trata de la firma italiana, sabemos que conlleva una suerte de formas excéntricas y volúmenes excesivos que no podían ir de otra forma. Como si hubiera tomado cientos de cuadros artísticos para convertirlos en diseños auténticos. Dicen que fue un absoluto regreso a los años 80 y nos cabe duda. Pero más nos hace recordar a la verdadera pionera del maximalismo, Elsa Schiaparelli, que, por cierto, estaba siendo homenajeada en el Musée des Arts Décoratifs, donde lo que mejor lucen son sus sombreros con mariposas gigantes y chaquetas ajustadas a la silueta.

La colección no podía ser diferente. El inmenso jardín parece invadir cada rincón de la tela con flores que fueron hechas a mano. Es como si buscaran recobrar la inmensa libertad de la artista, quien se casó con un vestido negro. ¿Lo recuerdas? Se convirtió en una de las creadoras de moda más grandes de la historia y fue en 2017 que su firma entró al selecto grupo de la Alta Costura. Detalles no menores que hoy hacen recordarla con la energía y vitalidad de esta última colección que celebra el acto y el arte de la creación. Una fantasía que la firma italiana está dispuesta a ofrecer y que en esta nueva entrega solo nos ha hecho imaginar. Buscábamos el surrealismo, las grandes siluetas y el barroco de Schiaparelli y lo encontramos.

Cortesía de Schiaparelli

En cuanto a la colección, había más color del que acostumbramos. Con peinados impecables y un maquillaje sofisticado, las modelos vestían formas suntuosas con exquisitos estampados con y sin relieve. Muchas piezas eran inquietantemente provocadoras, con transparencias muy explícitas, combinadas con grandes trazos de tela. Mientras que los sombreros y joyas marcaron presencia, como siempre. Los corsés fueron la pieza insignia de la noche, creando siluetas impactantes, como si las ilustraciones del cuadernillo del diseñador hubieran cobrado vida para desfilar por la pasarela. Los objetos de tamaño real no fueron una novedad, sin embargo, sin ellos no habría sido lo que marca a diferencia de la maison. ¿Se tratará de una vuelta al inicio de la casa?

Cortesía de Schiaparelli