Como sacado de un oscuro cuento de hadas. La última entrega de Rodarte durante la primera jornada de NYFW significó una espectacular apertura a la Semana de la Moda en la Gran Manzana. Mezclando elementos fantásticos, como alusiones a criaturas mitológicas, uso de materiales relucientes y siluetas extravagantes con elementos góticos, tanto en siluetas como referencias históricas de la subcultura, la marca presentó una colección siniestramente etérea.

El desfile comenzó con una serie de vestidos negros indiscutiblemente góticos. Las siluetas, claramente inspiradas en el icónico vestido de Morticia Addams, se vieron acompañadas de motivos florales en encaje y largas mangas acampanadas. Siguieron otros vestidos con acentos de la época victoriana, como hombros englobados y cuellos de encaje blanco. La esencia oscura y romántica fue clara. Luego, se presentaron looks más asociados a elementos de fantasía. Fluidos vestidos en diversos colores con ilustraciones estilo Art Nouveau de hadas, algunos con las modelos usando alas de dichas criaturas.

Cortesía Rodarte

Increíbles vestidos cubiertos en flecos holográficos en negro, dorado y plateado que resplandecieron con la luz se lucieron en diferentes siluetas. La colección fue una clara oda a los cuentos de hadas, con un giro un tanto macabro, algo nuevo para Rodarte. La marca ha definido en sus códigos un romanticismo suave y tradicional, pero en su última entrega, las hermanas diseñadoras Kate y Laura Mulleavy recurrieron a referencias más oscuras, resultando en una colección cautivadora en su sombría fantasía.

Cortesía Rodarte