A principios de mes, el mundo se paralizó: la Reina Isabel II falleció a los 96 años, conmocionando al mundo entero. Incluso a la industria de la moda, que, a pesar de continuar con su calendario oficial, sufrió la suspensión de varios shows. Esto, debido a que varios diseñadores que se presentarían en London Fashion Week decidieron suspender o posponer sus presentaciones como símbolo de respeto hacia la monarca. Sin embargo, hubo casas que siguieron adelante, pero que dedicaron parte de sus colecciones de Primavera-Verano 2023 al legado de Isabel II. Richard Quinn es uno de ellos. Con 22 looks en negro absoluto, confeccionados en tiempo récord, el director le rindió tributo a quien gobernó el Reino Unido por 70 años. Una carta de amor a la Familia Real que lleva por título: el último adiós a Su Majestad.

En 2018, el diseñador fue el ganador del Queen Elizabeth II Award for British Design, y la misma monarca fue la encargada de entregar el galardón; definiendo su carrera. Por esto, la colección tiene un valor personal que plasma el respeto y cariño de Richard hacia Isabel II. Los primeros 22 looks fueron una oda completa al estilo monárquico. Elegante y sobrio. Con velos en encaje, vestidos, abrigos y por supuesto, coronas. El director hizo un recorrido por las siluetas más clásicas lucidas por la reina; incluso, realizó un guiño a los diseños de Norman Hartnell, quien vistió a la monarca en su juventud. Paralelamente, exploró otras figuras de la realeza como la eterna vestimenta negra de la Reina Victoria y los atuendos que llevaron las hijas del Rey Jorge VI en su funeral.

Cortesía de Richard Quinn

Quinn, por supuesto, mostró su respeto hacia Isabel II. No obstante, la segunda parte exhibió lo que en un principio estaba estipulado. Sus clásicas siluetas dramáticas, llamativas y escultóricas. Repleta de flores y volúmenes exagerados, siendo, esta vez, mucho más de lo que ya estábamos acostumbrados. Fiel a su estética característica, diseñó hombros súper marcados que le entregaron un aire místico tanto a esta nueva figura humana como al lanzamiento. Para el final, el diseñador cerró con broche de oro: un look nupcial.  Un vestido de novia con un velo de encaje blanco. En tanto, la modelo sostuvo un enorme arreglo de flores que, sin duda, entregó un mensaje esperanzador.

Cortesía de Richard Quinn