RECORDANDO A BETTY HALBREICH: EL ADIÓS A LA EXPERTA DE MODA
Por Antonia Peñaloza - agosto 28th, 2024El 24 de agosto, el mundo de la moda perdió a una de sus figuras más icónicas: Betty Halbreich. A los 96 años, la legendaria personal shopper de Nueva York falleció por causas naturales, dejando un legado increíble en la industria. Durante décadas, Halbreich fue la Directora de Soluciones en Bergdorf Goodman, donde su intuición y ojo estilístico la convirtieron en la shopper de las más grandes estrellas, entre ellas, Babe Paley, Meryl Streep y Liza Minnelli. Hoy celebramos su legado, recordando la elegancia y sabiduría que dejó en cada una de sus clientas.
Betty Halbreich nació el 17 de noviembre de 1927 en Chicago. A lo largo de toda su vida, mostró una profunda pasión por la moda. Cuando era niña, durante las visitas a casa de su abuela, le encantaba perderse en su closet y admirar los delicados camisones que encontraba. En su adolescencia, desafiaba las normas tradicionales de vestimenta; como ella misma decía: “Si todo el mundo llevaba cárdigans abotonados por delante, yo los llevaba abotonados por detrás”. Su carrera en la moda comenzó en un momento muy difícil de su vida. Después de un intento de suicidio y su paso por un centro psiquiátrico, decidió buscar empleo y consiguió un puesto en Seventh Avenue, trabajando para la línea de difusión de Geoffrey Beene. En 1976, fue ascendida y se convirtió en asociada de ventas en Bergdorf Goodman. Fue allí donde, por sugerencia suya, la tienda creó una oficina de compras personal específicamente para ella, lo que lanzó su carrera al estrellato.
Cortesía Getty Images
Durante su carrera, Betty Halbreich colaboró en icónicas series de televisión donde la moda desempeñaba un papel protagónico, como Gossip Girl y Sex and the City. Además, trabajó como estilista en varias películas de Woody Allen. En sus memorias, Secrets of a Fashion Therapist y I’ll Drink to That, se hizo aún más conocida por su estilo de escritura ingenioso y entretenido. En 2013, se lanzó el documental Scatter My Ashes at Bergdorf’s, donde pudimos apreciar su personalidad creativa en su máxima expresión. Betty siempre fue reconocida por la “terapia” que ofrecía a sus clientes, y como ella misma decía: “No hay duda. Soy terapeuta, terapeuta de moda. La mitad del tiempo no vendo, estoy muy ocupada entrando en sus vidas”.
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