La pandemia nos tiene a todos experimentando diversas sensaciones que reflejamos en cómo nos vestimos. Rachel Comey se aseguró de que para esta temporada, su colección reflejara la vuelta a la vida después del encierro a través de colores eléctricos, pero sobrios al mismo tiempo. Armó una combinación de tonos neutros como beige, marrón, negro, celeste grisáceo y azul marino con morado oscuro, bordó, rojo, amarillo brillante, entre otros.

Las piezas denotan bienestar dentro de lo formal y esto se manifiesta con el conjunto monocromático de la falda larga blanca con un suéter que deja un hombro al descubierto. Es un hecho que la comodidad se volvió una prioridad tras la llegada del Covid-19, los pantalones holgados y las camisas anchas buscan satisfacer esa necesidad con soltura y clase, como quien, sin esfuerzo, logra verse impecable de pies a cabeza. Sin embargo, la formalidad es algo que Comey se rehúsa a dejar de lado y lo demuestra por intermedio de un traje de sastre verde oscuro que combina con tacos bajos, o con el look compuesto de una blusa blanca suelta con cuello alto y unos shorts high rise del mismo color que acompaña con unas botas marrones de cuero estilo cowboy.

Cortesía de Rachel Comey

Por muy a la clásica que la diseñadora parezca ser en esta colección, también tiene un toque excéntrico que no puede ser omitido; hay detalles como el cinturón largo morado eléctrico con un broche que reflejan ligeramente un estilo gorpecore moderno. Las piezas confeccionadas en cuero rojo, como el pantalón o el mono de espalda abierta en V se acercan a una formalidad renovada y cómoda. Por otro lado, un vestido negro ceñido al cuerpo, con una apertura al centro que se extiende desde de la mitad hasta el final de la falda y que presenta un fruncido en la zona media con un escote de tipo strapless, denota una propuesta más atrevida.

Cortesía de Rachel Comey