¿QUÉ PASÓ CON VALENTINO?: EL CAOS DEL SPRING COUTURE 2025
Por ANTONIA PEÑALOZA - enero 30th, 2025
Titulada “Vertigineux”, hoy fuimos testigos del debut de Alessandro Michele en la Alta Costura de Valentino con la colección Primavera-Verano 2025. Como muchos saben, desde su llegada, la maison ha experimentado una metamorfosis bajo el prisma barroco y extravagante de su nuevo director. Ya en Gucci, Michele dejó en claro su rechazo por lo minimalista, apostando siempre por lo apoteósico y excesivo. El desfile que vimos hoy en París no fue la excepción, pero el exceso no siempre es sinónimo de éxito. Lo presentado se aleja bastante de la identidad clásica de Valentino y ha dejado a los críticos preguntándose si esta nueva era respeta el legado de la maison italiana.
Lo primero que salta a la vista es que la tendencia del quiet luxury estuvo completamente ausente. En su lugar, Michele optó por un exceso refinado, donde las referencias se apilaban unas sobre otras, dificultando la apreciación individual de cada prenda. Inspirado en Freud, Cleopatra, William Morris, el puntillismo y el Art Déco, el resultado fue un torbellino de símbolos y detalles que, lejos de seducir, abrumaban al espectador. La tradición de Valentino, o por lo menos en la era del querido Pierpaolo Piccioli, siempre se sostuvo sobre un quiet luxury bien calibrado, una elegancia atemporal y referencias artísticas sutiles, donde la modernidad se apreciaba en detalles, sin necesidad de luces deslumbrantes ni una sobrecargada tecnológica.
Cortesía Valentino
Esta colección, sin embargo, parece más un manifiesto personal que una evolución orgánica de la casa. Si bien Michele ha logrado destacar con su sello inconfundible, lo ha hecho a costa de la identidad clásica de Valentino. La sofisticación etérea ha sido reemplazada por un maximalismo que evoca más su etapa en Gucci que la esencia de la Alta Costura de la maison. En un intento por romper tradiciones, la colección es un desenfreno visual, donde los tejidos suntuosos, las capas de brocado y los detalles recargados convierten cada look en un espectáculo en sí mismo, pero sin cohesión con el siguiente. Para algunos, es un nuevo capítulo audaz; para otros, es la pérdida de la elegancia que Valentino había perfeccionado durante décadas.
Cortesía Valentino
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