A simple vista, cortes rectos y una serie de looks que rozan la sartorialidad desde la sencillez más sublime y sutil. Una oda a la simpleza detallada, aquella que, por poco, se acerca a la perfección abrazando el minimalismo y la tradicionalidad. Parte de eso es lo que han presentado Prada y Fendi en sus respectivas colecciones de Otoño 2023. Por un lado, Miuccia Prada y Raf Simons han explorado hablaron de ropa. Literal y metafóricamente. Los diseñadores al mando de Prada titularon la colección ‘Let’s Talk about Clothes’ y precisamente eso es lo que hicieron:  y plasmar aquel dialogo en prendas arquetípicas y que, simultáneamente, transmitían una sensación de minimalismo, comodidad y calidez. Conceptos que se unificaron por intermedio de una leve dosis de pasado, donde los archivos fueron revisitados en un guiño de Prada a Prada.

Cuellos marineros flotantes, chaquetas que fueron reemplazadas por blazers de gamuza o incluso tops en forma de capullos; almohadas que nacían de prendas y que, a la vez, hacían eco de las invitaciones al show. “Hablamos de cómo queremos trabajar muy duro para hacer ropa que pueda tener una realidad en este mundo, pero que, por otro lado, todavía lo empuje, que tenga un punto de vista de la moda”, comentó Simons, quien, en conjunto a Prada, dialogó y dialogó con la ropa. Texturas, colores y formas articuladas bajo el sentido de la conversación. Una idea que se reitera y abrigos que se renuevan entre cortes extralargos y abdómenes expuestos a la crítica. Aunque claro, con cuellos flotantes y puntas afiladas que hablan de los detalles que todo lo crean. Cuero, mini bolsos para el cuello, bolsos de mano, cremalleras sobre el empeine del calzado y el Prada ‘Symbole’ como emblema silencioso.

Cortesía Prada

Como si se tratara de Loro Piana o cualquier otra firma de alta gama sin logos, Fendi también optó por despojarse del brillo o los monogramas. Al igual que Prada y Simons, Silvia Venturini se decantó por la sastrería minimalista y cómoda, incluyendo mantas que, de manera entrecruzada, cubrían el cuerpo de los modelos con total fluidez. Aun así, hubo espacio para exponer la piel a la frescura otoño-invernal que se despliega por el hemisferio norte. Italia se prepara para recibir la nieve y Fendi una nueva temporada, donde los detalles son los que marcan la diferencia. Aretes en forma de F y pulseras casi como un sofisticado envoltorio sobre los puños de los suéteres. Elevadas cachemiras que, incluso, presentaban cuello que aportaban una inescrupulosa formalidad. Eso sí, sin prescindir de las prendas que normalmente se requieren para un look formal. Y en cuanto a los tejidos acanalados, esto se desplegaron mediante prendas de un solo hombro, con ribetes y telas a raya que, con cortes en múltiples direcciones, imitaban los rayos de una bola de disco reflejándose sobre la pista de baile. ¿Son los 70? ¿Studio 54 está a punto de abrir? Como sea, lo cierto es que el hombre Fendi está listo para deleitar con sus movimientos.

Cortesía Fendi