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Woman

NAKED DRESS: LA REINVENCIÓN SURREALISTA DE UN CLÁSICO

POR CAMILA LAGOS - agosto 3rd, 2022

London Hilton, 1993. Con tan 19 años, Kate Moss ya era la musa de renombrados diseñadores como Calvin Klein, Gianni Versace o Karl Lagerfeld, incluso, de Mario Sorrenti. Con su estilo minimalista y su arrogancia descuidada, la supermodelo llegó al Look of the Year de Elite Model con un slip dress icónico y acaparador. Todas las miradas se centraron en aquel vestido transparente; un naked dress que pasó a la historia y que, con sus brillos traslúcidos, se convirtió en un emblema. Con él, el movimiento #FreetheNipple cobró fuerzas, o, mejor dicho, cimentó sus primeros pasos. “Fue la primera vez que de verdad me persiguieron los paparazzis. No tenía ni idea de por qué todo el mundo estaba tan emocionado, ¡en la oscuridad del apartamento de Corinne en el Soho el vestido no era transparente!”, reveló la modelo que, de cierta forma, se volvió el rostro de los naked dresses.

25 años después, Kim Kardashian apostó por una pieza similar. Un vestido midi que nos llevó directo a los 90, pero que también, le abrió las puertas a una serie de naked dresses que se apoderaron de las alfombras rojas. Con perlas o incrustaciones de joyería. De hecho, aquellos han sido los favoritos de Kendall Jenner, quien los ha llevado en diferentes oportunidades, incluso, en las Met Gala de 2017 y 2021. Hasta Saint Laurent creó uno que fue lucido por Zoe Kravitz en el mismo evento. Y así, las pasarelas de Primavera-Verano 21 se llenaron de dimensiones XXL y largos hasta los pies. Entre ellos, algunos vestidos fluidos, voluminosos y semi transparentes de Alberta Ferretti. Sin embargo, con la irrupción de una nueva temporada los naked dresses se alejaron de las transparencias para abrazar al surrealismo.

Cortesía de Getty Images

Basándose en la anatomía humana, con superposiciones y un sinfín de referencias surrealista. Un juego entre lo oculto y lo visible que, lejos de las transparencias, simula el cuerpo de manera perfecta. Los naked dresses vuelven con ironía y ansias de desafiar a los algoritmos de Instagram. Cuerpos vestidos, pero que simulan estar desnudos; pezones que no son pezones, texturas sobresalientes y colores exuberantes. Eso fue lo que presentaron Glenn Martens para Y/Project, Olivier Rousteing para Balmain y Jonathan Anderson para Loewe. Lotta Vokova para Jean Paul Gaultier también hizo lo suyo, estampando la figura femenina en ajustadas telas en forma de segundas pieles. Desnudos imposibles de censurar que representan una nueva era para esta clásica pieza.

Cortesía de Y/Project y Loewe

“Vestirse con ropa que simula el cuerpo desnudo permite a las personas ajustarse a la norma (esa que dice que siempre debe estar vestido en el espacio público), mientras disfruta al mismo tiempo de la sensación de desafiar esta regla aparentando estar sin ropa”, explica la socióloga y escritora, Joanne Entwistle, agregando que se trata de un “gesto juguetón”, una suave burla hacia la actitud habitual para con el físico. Que el cuerpo debe mantenerse oculto o que los pezones femeninos deben ser censurados. Loewe jugó con esa idea y, por ejemplo, con los globos, simuló los pechos y hasta los pezones. Un juego visual que, a pesar de no exhibir la figura, la utiliza como un lienzo reinventando en el surrealismo y la liberación de prejuicios. No obstante, también tiene sus detractoras. Pero, tú ¿Lo llevarías?

Cortesía de Syndical Chamber y Balmain

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