#MODELSREVIEW: ESTHER CAÑADAS, EL ÁNGEL ESPAÑOL
Por Andrea Cova - diciembre 30th, 2024
Si hay una figura que encarna la esencia de la moda en su máxima expresión, esa es Esther Cañadas. Su rostro ha sido estampado en portadas de revistas, su imagen ha recorrido las pasarelas más exclusivas y su nombre ha quedado grabado en la memoria colectiva como sinónimo de belleza singular, talento arrollador y audacia. De Albacete a las pasarelas internacionales, Esther Cañadas no solo se convirtió en una de las modelos más icónicas de los años 90, sino que dejó una huella que aún perdura, redefiniendo lo que significa ser una supermodelo en el siglo XXI. En 1977, en la tranquila ciudad de Albacete, nacía una de las grandes joyas de la moda española. Esther Cañadas no era una chica “de pasarela” por definición, pero sí tenía algo innegable: una belleza tan única como arrolladora. Su historia es un claro ejemplo de cómo la vida puede cambiar en un instante. A los 18 años, mientras soñaba con ser algo más que una joven en una pequeña ciudad, fue descubierta por un cazatalentos en una tienda de ropa. Este encuentro fortuito fue solo el principio de una carrera que no tardaría en explotar.
Poco después, Esther se trasladó a Madrid y comenzó a hacer sus primeros pasos en el modelaje. Pero fue en París, la meca mundial de la moda, donde realmente se desarrolló su potencial. Un desfile para Issey Miyake en 1995 la catapultó a la fama internacional y, de ahí en adelante, su nombre empezó a resonar en los círculos de la moda más prestigiosos del mundo.Lo que realmente hizo única a Esther Cañadas no fue solo su impresionante físico, sino su capacidad para romper con los estereotipos. En una época en la que las modelos de apariencia homogénea dominaban las pasarelas, Cañadas rompió con el molde: su rostro, ojos de mirada profunda y cabello claro le conferían un aire exótico, un soplo de frescura en un mundo de belleza estándar. Esta cualidad la convirtió en la musa de muchos diseñadores, quienes buscaban algo diferente, algo que no fuera solo belleza, sino también una historia visual que contara algo más.
La capacidad de Esther para pasar de la sofisticación de un desfile de alta costura a la frescura de un look más juvenil y urbano le otorgó una versatilidad única. Podía ser elegante en una pasarela de Dior, pero también irreverente y vanguardista en un anuncio de Chanel o Dolce & Gabbana. Esther Cañadas, con su mezcla de sensualidad y fuerza, redefinió la idea de lo que debía ser una supermodelo: no solo un rostro bonito, sino una figura con personalidad, que trascendía la pasarela.
Cortesía Getty Images
Los años 90 fueron su época dorada. Pasarelas de París, Milán, Nueva York… Esther se convirtió en una de las modelos más solicitadas y admiradas del mundo. A medida que su popularidad aumentaba, también lo hacían sus contratos con las marcas más poderosas. ¿Quién no recuerda su participación en las campañas de Giorgio Armani, Lancôme o Versace? Esther no solo era el rostro de estas marcas, sino que también les otorgaba una atmósfera única de exclusividad y sofisticación. Y es que Esther no era una simple modelo, era una estrella en el firmamento de la moda. Su presencia en las pasarelas generaba una expectación casi palpable; su caminar, su mirada, su actitud desbordaban una energía que solo pocas pueden alcanzar. Cada paso que daba sobre el escenario era una declaración de poder y belleza.
Cortesía Getty Images
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