Brigitte Bardot no solo impactó en el cine, sino que cambió los estándares de la moda en los años 50 y 60, desafiando las normas de belleza y estilo de su época. Su imagen fresca y sensual, marcada por la naturalidad, rompió con el ideal rígido del glamour hollywoodense, imponiendo una feminidad más libre y auténtica.

Bardot fue clave en la aceptación del bikini, luciéndolo en películas como Y Dios creó a la mujer (1956), transformando esta prenda en un símbolo de libertad corporal. También popularizó el escote Bardot (hombros al descubierto), una tendencia que sigue vigente. En la moda informal, convirtió las camisetas marineras y los vestidos ligeros en piezas esenciales del estilo casual chic asociado a la Riviera Francesa.

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Sus peinados voluminosos, como el bouffant, y su maquillaje sencillo, centrado en ojos intensos y labios naturales, marcaron un antes y un después en la estética femenina. Esta combinación de elegancia sin esfuerzo inspiró a diseñadores como Yves Saint Laurent y Pierre Balmain, quienes la convirtieron en una referencia del prêt-à-porter.

Más allá de la ropa, Bardot representaba la independencia y sensualidad de una nueva generación de mujeres, alineándose con la revolución cultural de los años 60. Su retiro del cine en 1973 para dedicarse al activismo animal no apagó su influencia: hoy, su estilo sigue siendo un símbolo de libertad y autenticidad, inspirando tanto a diseñadores como a nuevas generaciones de mujeres.

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