Cuando pensamos en alta gama, nuestras mentes van directamente a las casas de moda italianas como Versace y Dolce & Gabbana, a la sofisticación de las francesas Dior y Hermès, o a la elegancia clásica de las marcas estadounidenses de Ralph Lauren. Pero cuando llega el día de pago y vamos a gastar nuestro dinero, lo más probable es que terminemos en Zara, H&M o alguna tienda de Inditex, o en las vitrinas online de Shein y Aliexpress. En este panorama de moda tan variado, ¿cómo y dónde se posicionan los diseñadores latinoamericanos?

En los últimos años, la moda latinoamericana ha experimentado un crecimiento notable. Sin embargo, aún queda mucho camino por recorrer para alcanzar a las firmas más famosas. Las marcas europeas dominan el mercado de lujo con una participación abrumadora, representando entre el 70% y el 80% del mercado global. Por otro lado, la moda latinoamericana sigue siendo una pequeña fracción, con menos del 5%, según el informe de Statista 2023. Esto se debe a que las marcas europeas y estadounidenses cuentan con presupuestos mucho mayores para marketing, investigación y desarrollo, dándoles una ventaja clara en términos de expansión y alcance global, como señala un análisis de McKinsey & Company.

Las casas de moda de Europa, Asia y Norteamérica tienen redes globales bien establecidas, acceso a materiales de alta gama y tecnología de punta. Esto les permite mantener un alto nivel de producción y una presencia constante en las semanas de la moda y tiendas de lujo internacionales. Además, los medios de comunicación tienden a centrar su atención en estas grandes marcas, dejando a las etiquetas emergentes y de menor producción en un rincón oscuro. Revistas como Vogue y Elle, e incluso plataformas digitales latinoamericanas, no suelen destacar suficientemente a los diseñadores emergentes de la región.

Cortesía marcas

A pesar de estos desafíos, la moda latinoamericana está ganando terreno y reconocimiento, especialmente en mercados internacionales. Brasil y México lideran la moda en América Latina, mientras que Colombia y Perú están teniendo un crecimiento impresionante en la industria. Según Business of Fashion (BoF) en 2023, la moda latinoamericana está en auge, con marcas como Osklen (Brasil) y Carla Fernández (México) logrando una mayor visibilidad y ventas en plataformas y eventos globales.

Aunque aún hay pocos profesionales de América Latina en alfombras rojas y eventos de moda importantes, algunos diseñadores han logrado hacerse un nombre en el escenario internacional. Ximena Olavarría de Chile, Gustavo Pucheta y Fabián Paz de Argentina, deslumbraron en la MET Gala 2024, mostrando su talento y creatividad. Además, marcas como Cayelala de Honduras y Gatsu de Guatemala hicieron su debut en el Summer FW Latam 2024 en Madrid, una de las pocas oportunidades para que los creadores latinoamericanos exhiban sus propuestas de moda y joyería.

La moda en América Latina no solo se destaca por sus técnicas artesanales, lana y cuero, sino también por sus propuestas vibrantes y modernas, fusionando lo ancestral con lo contemporáneo. Esta riqueza cultural y creatividad son únicas y no siempre están presentes en las casas de moda europeas. En conclusión, la moda latinoamericana es una fuerza vibrante e innovadora en la escena global, pero los diseñadores de la región aún enfrentan desafíos para alcanzar el reconocimiento que merecen. Su potencial creativo es innegable, con una herencia cultural que ofrece una paleta única de influencias y estilos. Para que estos talentos puedan brillar y consolidarse en el competitivo mundo de la moda, es crucial que reciban un mayor apoyo tanto a nivel nacional como internacional.

Cortesía marcas