Hermès, hace unos meses, exhibió su colección FW24, pero ahora presentó la segunda parte de ella. Para revelar este nuevo capítulo, la marca viajó desde Faubourg Saint-Honré de París al Lower East side de Manhattan, donde se realizó este desfile. Estos diseños fueron la continuación de una forma complementaria a la ya conocida colección, mostrada en marzo.

“Rocabar” es la palabra clave para conectar y representar su propuesta. Esta es una alfombra a rayas de caballos que se ha convertido por varios años, es una inspiración, en cuanto a sus colores terrosos y que, junto a la fachada de ladrillos y piedras de Manhattan, provoca que la colección se funda a la perfección. Nadège Vanhée, la directora creativa de la casa de moda, integró elementos de la ciudad de la gran manzana, como sus puentes, calles, túneles y rascacielos, como bases de la inspiración de este segundo capítulo. La paleta de colores varía desde los tonos terracotas, amarillos, rojos y naranjos pasando hasta el negro, verde y azul, siendo complementados con accesorios como brazaletes que tintinean, simulando el bullicio de la ciudad. A su vez, estos colores se fusionan y contrastan con las texturas para capturar la esencia de Nueva York.

El espíritu neoyorkino también se representó mediante chaquetas náuticas de doble botonadura, chaquetas deportivas de punto de lana, mezclados con elementos de “Rocabar”, como una minifalda acolchada simulando una silla de montar. Esta parte de la colección de Hermés, realiza una oda a la mujer moderna, reuniendo distintos fundamentos de cada mundo, creando una silueta libre, innovadora, ecléctica, audaz y femenina, tal como lo representa la gran manzana.

Cortesía Hermès