Finalmente, Pharell Williams presentó su esperada colección de debut para Louis Vuitton. Un nuevo nacimiento para la firma que, tras casi dos años, vuelve a las pasarelas bajo la visión de un solo hombre. Tras el abrupto fallecimiento de Virgil Abloh en noviembre de 2021, la maison exploró la moda desde un legado insoslayable; mismo que se itera en la presente entrega de Primavera 2024 y que incluso sirve de homenaje para Abloh. “Este momento está dedicado al gigante que me antecedió. A nuestro hermano en espíritu”, escribió Williams en sus notas sobre la colección. El street style que Abloh catapultó a la gloria, vuelve a los desfiles con una estética ecléctica y cargaba de efectos pixeles, aunque ahora, desde un nuevo foco, comienzo y estilo.

El Pont Neuf de París como punto de encuentro y las luces como el hilo conductor de una colección enraizada en el amor. “Paris is for lovers”, dicen. Pero ‘LoVers’ también es un juego que esconde las iniciales de la firma. La colección se inmiscuyó en un potente mensaje de amor y optimismo acogedor; mismos que deleitaron a través de los 74 looks y ante la atenta mirada del público. Nadie estuvo exenta o exento del debut de Pharell, cuyas canciones sonaron al son de Voice of Fire. Una combinación entre el gospel y el rap que se hizo notar. Una narrativa que explora la cultura actual, pero también, que celebra el pasado y el patrimonio. Los motivos históricos de la casa fueron reimaginados por Williams, quien, de manera vigorizante, introdujo una nueva y llamativa versión del patrón Damier. Junto a él, el efecto pixel se apoderó de la primera parte de la entrega que, entre tonos verdes y marrones, llevó el espectáculo a nuevos niveles.

Cortesía Louis Vuitton

Una incandescencia tangible, donde las siluetas de la colección evocaron un sentido de comunidad en su cohesividad, fusionando motivos tradicionales y renovados, con un savoir-faire en contraste con una pionera visión. Piezas en bloque y listas para camuflarse en el mundo de Minecraft. Una contemporaneidad incrustada con perlas y cristales audaces: chaquetas en napa y blazers de corte tan sartorial como casual. Incluso, los emblemáticos lentes de Williams firmados por Tiffany –aquellos que llevó para el debut de Nygo en Kenzo– fueron evocados en la entrega. Claro, con otras formas y fieles al nuevo patrimonio urbano de LV. “Si lo quieres, lo puedes tener; si lo necesitas, puedes tenerlo”, cantó el coro, casi jugando con la ironía, el cinismo y los comentarios que posicionan a Vuitton como una de las firmas más sobrevaloradas de la industria. “(LV) puede sacar casi cualquier baratija y encontrar una audiencia que paga”, concertó un artículo del Financial Times y tal vez sea cierto. Sin embargo, y tal como decía un polerón de Williams –con el que se le vio creando la presente entrega–, “debes nacer de nuevo”. Una frase para la posteridad y también, una que anuncia una nueva era para la maison.

Cortesía Louis Vuitton