By Pietro D’Azzo and Gabriel Fabry. Con esa simple descripción, Balenciaga presentó “LOL”; un proyecto compuesto por ocho imágenes, donde cada una capturada fue por el fotógrafo Gabriel Fabry y dirigida por Pietro D’Azzo, quien, por su parte, plasmó el futurismo irrisorio de la casa. Emily Winters lanzando fuego desde su boca, Hansi caminando sobre el agua, Romy Deal paseando un skate y Laszlo Badet caminando con un dron. Por supuestos, luciendo las prendas y accesorios del Resort 2023; ese que llevó el látex a Wall Street y que sorprendió con una colaboración junto a Adidas. De hecho, Lucas Saint Hilaire fue el encargado de exhibir una mochila protagonizada por el Trifolio de la firma deportiva y el logo de casa española. Sobre una bicicleta de BMX y un hoverbards en los pies. ¡Sí! Todo junto. Una mezcla extraña que, sin embargo, está alineada con la visión de Demna: el futuro está aquí.

Vivimos en una distopia en la cual los tiempos se entremezclan de maneras impensadas y Demna, mediante la dirección creativa de Balenciaga, viene demostrándolo. Lejos del minimalismo que caracterizó a la campaña de Otoño 2022, la actual metaboliza el vínculo de la casa con la tecnología. A la vez, lo hace con una despreocupación definida por la alta gama y las tonalidades negras. Zapatos de punta voluminosa y que se asemejan al de los payasos y anteojos futuristas que evoca, por qué no, a esa exploración que para el Fall Couture 2023 los llevó a crear un bolso-parlante. Es extraño como, a pesar de la singularidad distopía de Balenciaga, esta logra encantarnos con prendas tanto oversize como ajustadas al cuerpo. Además, claro, sumamente elegantes, incluso desde la simpleza de unos jeans anchos y una chaqueta felpuda o un abrigo de látex.

Cortesía de Balenciaga – Por Gabriel Fabry

Incluso, también hay espacio para lo exuberante, pero desde el punto de vista de la campaña, más bien, de las figuras presentadas: un extraño vestido o quizás almohada que cubre completamente cuerpo del modelo. Quizás la pieza más extraña de la campaña que, entre las ocho postales, incluye una donde modelo, que luce un vestido de flores amarillas, es elevada por sobre los aires gracias a unos lanzaguas -probablemente, de un carwash -. En definitiva, el irrisorio planeta de Balenciaga by Demna; un futurismo distópico que se apodera del presente.

Cortesía de Balenciaga – Por Gabriel Fabry