La nueva colección de Loewe es un llamado de atención a quienes piensan que está predeterminado el tipo de ropa que utiliza un hombre. Para el diseñador parece no haber límites y ha jugado al máximo con su imaginación y creatividad trayendo prendas inesperadas, que a la luz de la pasarela funcionaron a la perfección. Habrá un espacio completo para hablar de los cristales y brillos que iluminaron esta entrega, pero antes, pondremos especial atención a la nueva forma de construir un pantalón. Por adelantado a la elección de texturas y colores, para Loewe está la forma, y esta vez, ha traído un pantalón con tiro extralargo que parece sacado de cualquier revista de los años 80.

La firma del león puso toda su energía selvática en estampados y superficies ásperas por la cristalería o la brillantina. El diseñador no escatimó en formas ni volúmenes y llegó con siluetas clásicas masculinas. A medida que avanzaba esta exposición de cerca de cincuenta looks veíamos más y más. Nada se parecía a lo anterior, cada cosa tenía su propia identidad. Los sencillos suéteres eran gruesos y tenían mangas rectas de tres cuartos. El foco en las prendas más comunes estaba en los cambios asimétricos de la tela como, por ejemplo, los camiseros de gamuza que parecían unidos a un bolso de hombro. Sencillo, comparado con las estructuras que se robaron toda la atención.

Cortesía Loewe

Como recién sacado del taller de costura, una tela en tamaño grande iba ajustada por un alfiler. Uno de tamaño irreal e igual de puntiagudo iba cruzado entre la tela y daba forma a una especie de maxi blusa o camiseta. No lo sabemos, la idea estaba en la cabeza del diseñador. Había múltiples alternativas para crear un atuendo, incluso, mezclando las prendas de un lado a otro. El cuero no iba en color negro como en un divino trabajo de Balmain, iba de verde y con escarcha. Asimismo, la mezclilla, estaba delicadamente intervenida, sin sobrepasar los términos. Y de la escarcha y las grandes proporciones. Jonathan William Anderson dio el cierre, con una camiseta elemental.

Cortesía Loewe