Mucho se ha hablado de las y los nepobabies. Incluso, desde fines de 2022 que el término se ha popularizado en redes sociales revelando el nepotismo en la industria del espectáculo. De hecho, The New York Post publicó un bullado artículo donde el periodista de Vulture, Nate Jones, se encargó de demostrar cómo los apellidos abren puertas. “‘She has her mother eyes. And agent’”. Un título intrépido y un texto aún más. Tal como escribió Jones, “como las psoriasis, la fama es algo con lo que se nace” y nombres como Brooklyn Beckham, Maude Apatow, Dakota Johnson, Lily-Rose Depp o Zoë Kravitz lo demuestran. Las y los hemos vistos desde pequeños en los tabloides y sus rostros son una iteración más joven de sus madres y padres, pero claro, cuando los apellidos y parecidos son más fuertes, el talento pasa a segundo plano.

Tal es el caso de Lila Grace Moss. La modelo nació en el Reino Unido en pleno 2002 y es reconocida por ser la única hija de Kate Moss – ¡sorry, Lila! – y Jefferson Hack, director creativo y cofundador de Dazed Magazine. Mide 1.65 m y aún así, ha desfilado para las mejores marcas de la industria. Desde Miu Miu hasta Versace, incluso, con tan sólo 13 años posó para el reconocido fotógrafo de moda, Mario Sorrenti, con quien filó su primera portada junto a su madre para la edición italiana de Vogue. Un año después, hizo su primera campaña publicitaria para The Braid Bar, un espacio de peluquería ubicado en Selfridges. Con 14 años, Lila ya se abría paso en la industria de la moda. Comenzó a modelar a la misma edad que Kate y claro, las comparaciones no se hicieron esperar…

Cortesía Getty Images

Como sea, dos años después celebró su primera portada en solitario. Un hito que llegó de la mano de Dazed Magazine, sí, precisamente, la revista dirigida por su padre. ¿Casualidad? No lo creemos, pero era 2018 y la pequeña Moss estaba recién comenzando. Aquel año también fichó en Marc Jacobs Beauty como imagen; sin embargo, su inicio en pasarelas no llegó hasta 2021, cuando Miu Miu, para quien protagonizó su campaña de Primavera-Verano 2020, la llevó a París a abrir y cerrar su desfile Primavera-Verano 2021. Increíble, ¿no? Realmente, una situación impensada en una industria cuyos requerimientos de altura siempre han sido sumamente estrictos, aunque, tal vez, el apellido y el haber crecido inmersa en esta le dieron oportunidades que no goza cualquier modelo.

Es representada por Kate Moss Agency, la agencia de los modelos de su madre –cómo no– y desde sus inicios en pasarelas no ha dejado de cosechar entrevistas y campañas. Eso sí, ninguna muy llamativa ni distinta, siendo estas características las que, paradójicamente, definen su catwalk. Ahora, volviendo a las campañas, recientemente posó para Marc Jacobs con un vestido de estampado geométrico en blanco y negro y unas botas de plataformas. Junto a ella, un bolso de la marca y un gato negro que, sin duda, se robó las miradas. “¡C’mon girl, give us nothing!”. Ese fue uno de los tantos comentarios que hicieron notar la falta de actitud de Lila, que, por lo demás, sigue siendo reconocida por ser hija de. Inclusive, desde un medio norteamericano escribieron que “no fue una sorpresa que la prometedora modelo fuera elegida para aparecer en la campaña de Marc, ya que reveló que su madre ha sido “buena amiga” de él durante años”. Y así, su rostro plano, sin gran energía y también su falta de estatura distan del trabajo desarrollado por Kate, demostrando que el apellido, en este caso, pesa más que el talento. Aun así, ¿Podrá Lila alcanzar la irreverencia desgarbada de su madre? O más aún, ¿Podrá desmarcarse de ella?

Cortesía Versace