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Opinión

LIBRES DE PIEL ANIMAL, PERO NO DE CUERO: EL PRESENTE DE LA MODA

POR CAMILA LAGOS - marzo 21st, 2022

Cada vez son más las personas que han optado por dejar de lado la carne y adherirse a un consumo más ético y responsable. Huevos de gallina feliz, leche de vaca feliz, lana proveniente de ovejas libres y un largo etcétera. El término cruelty-free se ha convertido en el principio emancipador de las nuevas generaciones – incluso cuando ideas como “huevos de gallina feliz” o “lana libre de crueldad” son bastante cuestionables –. Y ya sea por cuestiones ambientales, de salud, o por ética, el vegetarianismo y el veganismo han crecido de manera exponencial. Aunque, quizás, con un dejo de superficialidad que cede ante el abrumador mercado, olvidando que estos conceptos conllevan una responsabilidad y una ideología que trasciende lo límites de la alimentación. Por supuesto, para los grupos activistas no se trata de sí, sino, de los animales no humanos, manifestando en pro de ellos o hasta invadiendo pasarelas.

Aparta a los animales de los platos no es suficiente. Optar por lo cruelty-free tampoco. Hay que ser coherentes. Por ejemplo, hace un par de años y luego de dar a luz, Jennifer López (JLo) se declaró vegana, diciendo “Te sientes mucho mejor. (…) Te despiertas sintiéndote de maravilla y llena de energía”. Sin embargo, su closet es lo contrario a uno Apto para Veganos (APV). La cantante es una asidua a las pieles de animales y en más de una ocasión ha sido criticada por llevarlos en sus chaquetas y abrigos. Más recientemente, Rosalía también fue criticada por incluir las pieles en sus vestimentas, y es que, ¡quién en pleno 2019 usa piel animal! Ahora, imagínense en 2022… Si hasta Dolce & Gabbana se declaró fur-free.

Algo similar pasó con Gisele Bundchen. En 2022, la supermodelo brasileña fue boicoteada durante un desfile de Victoria’s Secret por protagonizar una campaña con abrigos de piel. Unas activistas de People for Ethical Treatment of Animals (PETA) irrumpieron en la pasarela de la firma estadounidense con pancartas que insultaban a la modelo. Aquel momento cambió la mentalidad de Gisele, quien no volvió a usar piel animal e incluso, se transformó en una defensora de los derechos de los animales. De hecho, en 2017 protagonizó la portada de agosto de Vogue París envuelta en pieles sintéticas, abrazando a animales bebé y condenando el uso de la piel animal. Un gran paso que no solo fue dado por Bundchen, sino también, por una importante lista de casas de moda. De Prada de Gucci. El mundo ha cambiado y la moda ha tenido que adaptarse.

Cortesía de Dolce & Gabbana y Prada

Una de las primeras firmas en presentarse como fur-free fue Stella McCartney. Desde sus inicios en 2001, la diseñadora ha creado sobre una base completamente libre de crueldad animal. Ni pieles ni cueros. La firma siempre ha sido respetuosa con nuestros pares y desde el vegetarianismo estricto y un manifiesto de sustentabilidad, ha cambiado las reglas del juego. En la misma época, Bottega Veneta se declaró libre de piel animal. Sin embargo, si uno googlea “Bottega Veneta Calfskin” aparecen un sinfín de productos hecho de piel de becerro. En este sentido, ese “piel” se refiere a cuero, pero entonces, ¿qué quieren decir las marcas cuando hablan de fur-free? Simple. Hablan del pelo animal. Y es que parecía haber una diferencia abismal entre usar piel o pelo y usar cuero animal, en especial, si proviene de terneros.

La aceptación respecto al uso de cuero es mucho mayor. Es más, casi nadie cuestiona que el cuero siga siendo parte de las pasarelas. Y en realidad, piel/pelo y cuero, conllevan un sufrimiento que solo responde al placer y el capricho humano. A principios de año, Dolce & Gabbana anunció su entrada al grupo fur-free con todas sus colecciones desde 2022. Mismos pasos que siguió Saint Laurent. No obstante, su anuncio apareció en 2021, año en que Alexander McQueen se liberó de la piel y que Kering, el conglomerado del que es parte, prohibió el uso de pieles. “Dejar de usar pieles es otro paso adelante en nuestro compromiso con el bienestar animal y está en línea con nuestro compromiso con la sostenibilidad”. Fueron parte de las palabras de Marie-Claire Daveu, directora de asuntos institucionales y sostenibilidad de la sociedad.

Cortesía de Gucci

Así, el conglomerado dirigido por François-Henri Pinault entró de lleno en la moda cruelty-free, o por lo menos, en parte. Este movimiento se sumó a los ya adoptados por Gucci en 2018 y la simple confirmación, en 2022, de que Balenciaga solo usa pieles sintéticas. En la misma línea, Prada tampoco emplea la piel o los pelos animales. Lo mismo que Miu Miu, Chanel, Coach, Margiela, Calvin Klein, Vivienne Westwood, Ralph Lauren, Lacoste, Hugo Boss, Jean Paul Gaultier, Óscar de la Renta y Valentino. Moncler, por su parte, recientemente comunicó que a partir de 2024 las pieles animales ya no tendrían cabida en sus colecciones. Y entre tantas declaraciones fur-free, el principal grupo de moda de alta gama se está perdiendo. LVMH, propietario de Louis Vuitton, Dior, Givenchy, Pucci, Celine, Loewe y otros, no ha hecho ningún llamado para alejarse del uso de piel. Menos, para apartarse del cuero.

Y aquí tenemos otro punto. Porque ok… declararse fur-free es un paso enorme en cuanto a los derechos animales, pero el cuero no deja de ser cruel. Como tampoco diferenciar entre animales exóticos y no exóticos. El uso de piel o cuero debe condenarse por completo, no a medias. Y por supuesto, se debe trabajar en torno a materiales que excluyan a los animales. Tal como la colección de Otoño/Invierno 2022 de Balenciaga, que siendo parte de Kering, comenzó a seguir los pasos de Stella McCartney – también de Kering – e innovar con piezas hechas a partir de cuero vegetal, enraizado en hongos y alineado con un nuevo futuro.

Cortesía de Stella McCartney, Balenciaga, Gucci y Getty Images

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