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LAURENT LECAMP: DETRÁS DE MONTBLANC

- febrero 20th, 2023

A comienzos de 2021, Laurent Lecamp asumió como el nuevo director general de la división de relojería de Montblanc y, desde ahí, la grandeza de la maison solo ha aumentado. Primero, con la adquisición de Minerva y la manufactura de Montblanc en Le Villeret, donde la alta relojería cobra sentido a través del legado y la tradición. Y luego, en Le Locle, ahí donde el orgullo y la pasión se unen bajo la innovación de los seis montes y su emblema: “Lo que te mueve, te hace”.

Por CAMILA LAGOS RIVAS

Fotografías gentileza MONTBLANC

LOS INICIOS DE LA TRADICIÓN

No siempre estuvo vinculado a la relojería, pero sí desde los 15 años, cuando su padre le regaló su primer reloj. Ahí comenzó una travesía que, en los 2000, lo llevó a estudiar en la Universidad de Vidrina, en Alemania, luego un máster en la Escuela de Negocios NEOMA, de Francia, y profundizar sus conocimientos sobre marketing, negocios, joyería y relojería en el Instituto Gemológico de América (GIA), en Suiza. Precisamente, han sido aquellas preparaciones las que lo han guiado en la alta gama, con una visión innovadora y un sentido de la tradición único, responsable y contemporáneo.

Comenzaste tu carrera en LVMH Wine & Sprits y luego saltaste a la relojería. ¿Cómo fue ese cambio?

¡Excelente! LVMH Wine & Sprits es bueno… Yo estaba a cargo de Krug, un champán espectacular, es un negocio familiar que fue vendido en 1999 a LVMH. Krug es un espumante magnífico, que usa técnicas específicas y se fermenta en roble. Tiene un sabor y concepto intensos, únicos. Para mí fue la introducción al exquisito mundo del posicionamiento estratégico. Luego salté a la relojería, porque si bien sentía una profunda pasión por el savoir-faire del champán, también por descubrir la industria relojera en Suiza.

¿Cuál fue tu primera conexión con los relojes?

no siempre estuve vinculado a ese rubro. Inició cuando era adolescente. A los 15 años mi padre me regaló uno, no de alta gama, sino un Camel Trophy, una marca bien popular de los 90. Me abrió un mundo nuevo, ahí comencé a amar los relojes y, este en especial, sigue en mis colecciones. Cuando lo veo se me vienen a la mente un montón de flashbacks… ¿Cuál era el precio? No importa, solo el hecho de que me lo dio mi padre es lo realmente relevante. Además, me enseñó el significado de los relojes. Es algo que permanece contigo; algunos tienen una implicancia emocional, te recuerdan el pasado, tu familia y queda para las próximas generaciones

Piezas técnicas, pero extremadamente estéticas y juguetonas. ¿Hubo alguna conexión entre tus creaciones y las de la casa que dirigirías años más tarde?

Trabajé para distintas marcas y en distintos países. Estuve a cargo de divisiones especificas e, incluso, tuve mi propia firma, Cyrus. Desarrollaba relojes, pero tengo mi propia receta; me gustan los con un montón de secciones e historias por contar, que su valor se encuentre ahí. Para mí, un reloj exitoso es uno vinculado a varias travesías o con una narrativa fuerte, con secciones y diferencias distintivas… que lo veas y digas ¡wow!, reconozco ese reloj.

UN NUEVO CAPÍTULO

Parte de su trayectoria es lo que ha implementado en Montblanc, cuya llegada fue en enero de 2021. Con Lecamp como CEO, la maison se ha dedicado a narrar sus historias a través de los relojes. Junto a ello, la tradición ha irrumpido de maneras impensadas, convergiendo presente, pasado y récords sobre lo imposible. Claro, con la grandeza glaciar por delante.

Cuéntanos sobre la tradición relojera de Montblanc.

Montblanc tiene una gran tradición relojera y es debido a Minerva, una manufactura existente desde 1858. Se trata de una firma preciosa, y ahí, en Le Villeret, todo se hace a mano. Tenemos nuestra propia receta: los acabados finales, los detalles y cada componente son ensamblados a mano. Lo que es interesante es que para movimientos específicos trabajamos con materiales antiguos; para los juegos y puentes utilizamos plata alemana, que se usaba en el pasado. Mantenemos la tradición usando la plata alemana, a pesar de que es más costosa y difícil de trabajar; presenta ventajas como un menor proceso de oxidación. Entonces, aun cuando requiere un mayor tiempo de trabajo, la mantenemos. Aquí el tiempo no es lo esencial. Se trata de excepcionalidad y tradición… LEE LA ENTREVISTA COMPLETA EN ISSUE #48 SUSCRÍBETE AQUÍ

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