Un poderoso color que trasciende más allá de sus pigmentos. ¿La razón? Es símbolo de poder, elegancia, seguridad, confianza y un sinfín de otras palabras que simbolizan la importancia de este. Incluso, se podría atribuir los orígenes del simbolismo de la sensualidad femenina al clásico de clásicos: el labial rojo. Uno, que con los años, se ha convertido en un infaltable de cualquier neceser. De hecho, es el cosmético favorito de muchas. Un cosmético que en cuestión de segundos se convierte en el protagonista de un maquillaje. Un atuendo en negro, labios rojos y nada más. Sin embargo, el labial no se limita a algo estético, sino que conlleva una historia única.

A ciencia cierta es difícil atribuir el nacimiento del labial rojo a una época en específico; no obstante, desde los tiempos de Cleopatra -quien utilizaba la sangre de los insectos para conseguir un rojo intenso- este ya era sinónimo de empoderamiento y rebeldía. Sin embargo, no fue hasta la llegada de nuevos siglos que se estableció un vínculo entre este y la mujer. Uno que, precisamente, trasciende lo estético. Los labiales rojos y sus distintas tonalidades han reivindicado los derechos de las mujeres; incluso, las sufragistas del siglo XX utilizaron este pigmento como símbolo de poder y confianza. Y así, cientos de movimientos surgieron y adoptaron el rojo como su propio emblema. De hecho, Gabrielle Chanel fue un personaje clave para que este se convirtiera en lo que hoy es.

Cortesía La Bouche Rouge y Chanel

El labial rojo es uno de los pocos cosméticos, por no decir el único, que posee una connotación importante en la historia de la revolución femenina. Al igual que la minifalda, el traje sastre y el pantalón, este se ha convertido en un infaltable que, actualmente, simboliza poder, sensualidad, elegancia e incluso misterio. En definitiva, un producto que cimentó los orígenes que caracterizan, en conceptos estándares, a la figura femenina.

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