Los historiadores siempre han dicho que la historia es circular, pues los acontecimientos tienden a repetirse en diferentes épocas y contextos sociales. En la industria de la moda ocurre algo similar, ya que varios diseños han pasado a formar parte trascendental de nuestras vidas y han trascendido generaciones. La moda, además de hacernos lucir estéticamente bien, es una herramienta de comunicación y en algunos casos ha representado una verdadera y positiva revolución; como ejemplo está la minifalda­­ –que marcó un antes y un después–, el corsé y el famoso bikini, diseñado por primera vez en los años 40, y que hasta en la actualidad, estas confecciones siguen en la palestra de los diseñadores más aclamados, pero claro, con un toque de modernismo.

Por lo tanto, es correcto decir que la moda es cíclica, ya que recurrentemente se reproducen piezas antiguas que tienen un significado relevante y emblemático. Al momento de confeccionar, la tendencia de los diseñadores es volver al pasado, haciéndole una reinterpretación a la prenda original. Esto con la idea de encontrar inspiración para sus colecciones y adaptarlas a los nuevos tiempos, donde la demanda es mucho más exigente y detallista. Existen casos icónicos que valen la pena recordar para entender que en la industria los diseños siempre vuelven; durante el siglo XVI la gran mayoría de las mujeres lucia el controvertido corsé, y está buscaba “esculpir” la silueta femenina asemejándola a la figura del reloj de arena. En la actualidad, personajes como Jean Paul Gaultier o Vivienne Westwood continúan apostando por esta icónica pieza.

Cortesía de Getty Images

Históricamente la moda se ha convertido en un espacio de libertad de expresión, y diseños como minifalda lo demuestran. Esta prenda tuvo un polémico nacimiento en los 60 y representó un instrumento de liberación y lucha contra la opresión femenina que existía en esos años. El espíritu de emancipación que posee esta pieza rebelde es sumamente atractivo para los diseñadores, por lo tanto, siguen reviviéndola, ya que es única y contiene un emblemático y transcendental significado que ha marcado nuestra historia.

Otro ejemplo de moda cíclica son los célebres zapatos con plataformas que surgieron en la década de los 70, ­– años que han dejado un profundo legado en la industria­–. La época disco convirtió este estilo de accesorios en un must y que en la actualidad siguen estando muy presente. Por lo tanto, sí es correcto afirmar que lo que tenemos en el clóset viene derivado de generaciones antiguas, ¿quién lo diría? Los viejos tiempos serán la tendencia del futuro.

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