LA INESTABILIDAD DE LA MODA EN CUANTO AL MEDIOAMBIENTE
POR CAMILA LAGOS - noviembre 14th, 2022
Bolsas de papel, etiquetas verdes y prendas que aseguran ser fabricadas con al menos un 50 por ciento de algodón u otro material reciclado. Incluso, durante los últimos 10 años la línea “Consicious” de H&M le ha prometido a las y los consumidores una elección más sostenible y responsable con el medio ambiente. Sin embargo, y ante las acusaciones de greenwashing, esta fue retirada del mercado y ahora, la multinacional sueca ofrece detalles más precisos sobre la supuesta reducción del impacto climático de cada producto. Paradójico viniendo de una de las marcas de fast fashion que más contamina y cuyas prácticas productivas suelen ser motivo de desencuentros. Pero como H&M, existe un sinfín de firmas que han “blanqueado” sus imágenes con campañas comprometiéndose a hacer cambios en sus formas de producción y comercialización o alegando una implementación de materiales reciclados y/o sostenibles.
Por supuesto, también existen otras que han hecho cambios reales. Aunque claro, después de un fuerte escrutinio público por las prácticas que desarrollaban. Por ejemplo, Louis Vuitton que durante el transcurso del año presentó las LV Trainer, unas zapatillas compuestas por un 94 por ciento de poliuretano reciclado. No obstante, este récord de la sostenibilidad no ha logrado hacernos olvidar las famosas quemas de bolsos de la maison. Algo similar ocurre con Burberry, quien, para el jubileo de platino de la fallecida Reina Isabel II, presentó The Floating Meadow y con ello, una nueva visión de futuro, comprometiéndose a proteger, regenerar y resguardar la naturaleza. Además, de convertirse en “clima positivo” de aquí a 2040. Una iniciativa que se suma a las de Prada, Balenciaga, Bottega Veneta, Gucci y tantas más. Pero, a la vez, se trata de una medida que no es suficiente y cuya base, es tan inestable como la base de las promesas del fast fashion.
Cortesía Getty Images
La conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cop) aumentó sus ambiciones durante el año pasado y este, en la celebración de su 27° versión, la pregunta se transformó de un qué a un cómo. Y es que, si bien son varias las casas que se han comprometido a reducir sus emisiones de carbono para 2030 y llegar al cero neto para 2050, la duda sigue estando en si la industria de la moda está a la altura de sus objetivos. Hasta el momento, estos siguen basándose en un “acto de fe”. Volviendo al compromiso de reducir las emisiones de carbono, este es parte parte de la Carta de la Industria de la Moda para la Acción Climática de las Naciones Unidas que, por cierto, es firmada por más de 100 firmas que, deben informar su emisión anual de sus gases o podrían ser eliminadas del comité signatario. Hasta el momento, un 89 por ciento de ellas ha informado su emisión y lamentablemente, la mayoría está lejos de cumplir con sus compromisos. Si bien aun falta recabar datos, según un informe de Stand.Earth que analizó el progreso de 10 marcas signatarias de la Carta de la Moda, solo una; Levi’s, está en camino de reducir realmente sus gases de efecto invernadero. Por el contrario, ocho de las casas analizadas aumentó sus emisiones durante 2021.
Una realidad que contrasta con las promesas de las distintas casas de moda. Incluso, con aquellas relativas a las etiquetas y esas codiciadas etiquetas que se ensalzan en un “50% recycled cotton”. Un reciente informe de Textile Exchange concluyó que “no se estaba haciendo lo suficiente para cumplir con los compromisos climáticos actuales”. Esto, en relación con el compromiso adquirido por los signatarios de la Carta de la Moda en la Cop26 de 2021, aquella que buscó garantizar que materiales prioritarios, como el algodón, la viscosa, el poliéster, la lana y el cuero, tuvieran un bajo impacto climático para 2030. La moda sigue estando en deuda con el medio ambiente y sus promesas tambalean en la inestabilidad del greenwashing.
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