LA FAMOSA QUEMA DE BOLSOS LV Y LAS NUEVAS LEGISLACIONES EUROPEAS
POR CAMILA LAGOS - abril 11th, 2022En España, hace un año se anunció el proyecto de Ley de Residuos. Un paso en pos de un modelo económico circular y sustentable que fue busca prohibir “la destrucción de excedentes no vendidos de productos no perecederos tales textiles, juguetes, aparatos eléctricos, entre otros”, según señala la nueva norma. Misma que entrará en vigor a partir de 2022 y que se suma a las medidas ya optadas por Francia y otros países de la Unión Europa. Sin duda, una legislación en beneficio directo del planeta y que viene a cambiar las reglas de la moda. Por ejemplo, en 2017, Burberry quemó cerca de 32 millones de euros en ropa, accesorios y fragancias con el objetivo de acabar con el stock sobrante e impedir que sus productos acabaran en el mercado ilegal de la Alta Gama. A la vez, evitando que la marca se devaluara.
Una práctica aberrante – para quienes amamos la moda – y, sin embargo, habitual. De hecho, no solo la casa londinense quemó sus productos, sino también, Celine – con la emblemática llegada de Phoebe Philo – Hermés, Chanel y Louis Vuitton. Incluso, Richmont, el grupo propietario de Cartier, Piaget o Vacheron Constantin, incineró, entre 2017 y 2018, casi 421 millones de dólares en mercancía no vendida. Cifras desorbitantes que hablan del lado oculto de la Alta Gama. Aquel que bajo el pretexto de Brand protection arrasa con el medio ambiente mientras abraza una supuesta sostenibilidad. Entonces, ¿hasta dónde llega la exclusividad? Bien es conocido el caso de LV, quien incluso reconoció haber quemado sus bolsos con el fin de mantener la exclusiva y evitar que estos se comercializarán a menores precios. Una situación que se daba temporada tras temporada, donde asumía los costos de las perdidas y entraba en una serie de controversias. Mismas por las que han pasado las otras firmas de Alta Gama.
Cortesía de Balmain y Chanel
Burberry, tras la controversia que conllevó la quema de 2017, anunció, en 2018, dejaría esta práctica atrás y que buscaría opciones sustentables para el stock no vendido. Entre ellas, el reciclaje de los textiles y la donación de los productos. Una medida que tendrá que ser tomada, también, por Louis Vuitton, que ya no podrá incinerar su pret-a-porter sin vender. Y probablemente, las nuevas legislaciones europeas en cuanto a los residuos de ropa u otros tengan consecuencias en los valores de los tan anhelados diseños de Alta Gama. Pero no. Estos no bajarían al final de temporada, más bien, aumentarían.Tal es el caso de Chanel, que durante los últimos dos años ha incrementado notablemente el precio de sus carteras y no solo para alcanzar el estatus de Hermés con su Birkin, sino, porque ahora, además, tendrá que financiar su propio sistema de reciclaje.
Cortesía de Louis Vuitton
Share