Francia, cuna de la moda y la elegancia, ha sido a lo largo de la historia un epicentro de refinamiento y creatividad. En el siglo XIX, la élite francesa —compuesta por la nobleza y la burguesía— no solo dominaba el ámbito político, sino que también imponía un estilo de vida distinguido, marcado por su pasión por la moda y la alta artesanía. Este legado de sofisticación sigue inspirando el mundo del diseño hasta nuestros días.

Siguiendo esta tradición, Louis Vuitton presenta su nueva colección de alta joyería, “Awakened Hands, Awakened Minds”, una propuesta que fusiona la ciencia con el savoir-faire para reinterpretar la evolución cultural de la época. Fundada en 1854 con su primer taller en París, la maison rinde homenaje a los accesorios y la joyería del siglo XIX con una visión contemporánea que celebra la artesanía y la innovación.

La colección está compuesta por 50 piezas únicas, donde la maestría en el diseño se refleja en el uso de metales preciosos y cristales extraordinarios. Cada creación reinterpreta los objetos más emblemáticos de la época con un enfoque moderno, realzando la herencia artística de la maison. Con esta nueva propuesta, la marca reafirma su compromiso con la innovación, la tradición y el arte, elevando el esplendor del pasado a la alta joyería de hoy.

Cortesía Louis Vuitton

Esta línea se distingue por su versatilidad, con piezas diseñadas tanto para hombres como para mujeres, consolidándose como una colección icónica. Entre los accesorios más codiciados destacan brújulas, relojes, collares y pulseras, cada uno con una historia que rinde homenaje al legado artístico y cultural de Francia.

Entre las piezas más emblemáticas se encuentra un espectacular collar, inspirado en la opulencia de los palacios de la realeza francesa. Su diseño incorpora una flor Monogram, un tributo a los motivos florales que adornaban los muebles imperiales. También destaca una brújula masculina, que evoca la delicadeza del arte en porcelana francesa, con un cincelado a mano y detalles en diamantes que realzan su sofisticación. En la misma línea, una pulsera transformable en forma de “V” encarna la feminidad, evocando un guante adornado con flores engastadas en diamantes.

La colección se corona con una pieza excepcional:un accesorio que rinde homenaje a uno de los íconos más representativos de Francia, la Torre Eiffel. Este diseño simboliza las raíces de la maison y consolida una propuesta que une tradición y modernidad, historia e innovación, savoir-faire y arte.

Cortesía Louis Vuitton