En un bosque envuelto en niebla, vestidos de crinolina flotan como espectros, creando una atmósfera que parece sacada de un sueño. Así arranca la campaña Primavera-Verano 2025 de Loewe, un homenaje a la conexión entre el ser humano y la naturaleza. Bajo la visión de Jonathan Anderson y la lente de David Sims, esta colección presenta vesturarios únicos, pero también una narrativa visual cargada de simbolismo y emoción. Fotografiada en el campo de Tavertet, en Collsacabra, Cataluña, la campaña regresa a las raíces geográficas de Loewe, celebrando su afinidad con el paisaje español.

En esta colección, los cuerpos de Drew Starkey, Taylor Russell y Wang Yibo parecen fundirse con el entorno, explorando un vínculo casi espiritual con la tierra. Desde vestidos de crinolina suspendidos como espíritus del bosque hasta sastrería que fluye como el viento, cada pieza parece diseñada para dialogar con la naturaleza que la rodea. Las prendas de esta temporada destacan por su riqueza táctil y paleta terrosa. Taylor Russell, por ejemplo, deslumbra con un abrigo de cuero que imita la textura de la corteza de un árbol y un vestido minimalista que refleja la simplicidad orgánica. Wang Yibo, por su parte, encarna la fluidez con pantalones drapeados y un trench oversize que parece moverse con el viento. Mientras tanto, Drew Starkey aporta un aire casual con su polo cropped y pantalones khaki, reinterpretando el normcore con un toque de elegancia natural.

Cortesía Loewe

Los accesorios, fieles al espíritu de la colección, se integran al entorno como si fueran parte de la fauna local. Bolsos icónicos como el Featherlight Puzzle, el Flamenco Purse y el Madrid son presentados entre las ramas o sobre el suelo del bosque, mientras los Toy Shoes en lentejuelas florales añaden un guiño lúdico al conjunto. Cada elemento refuerza el mensaje: la moda puede ser parte de un todo más grande, dialogando con el paisaje en lugar de imponerse sobre él. Con esta campaña, Loewe redefine su conexión con la naturaleza y nos invita a replantearnos nuestra relación con el mundo que habitamos.

Cortesía Loewe