LA ALTA GAMA DE BLUMARINE
- marzo 7th, 2023Sinónimo de pluralidad y feminidad, la historia de Blumarine ha estado definida por una alta gama ingenua y femenina. El poder de las rosas la ha hilado por casi cuatro décadas, pero aquello también la hizo sucumbir ante el letargo y la necesidad de algo nuevo. Incluso, con la nostalgia por delante, la irreverencia del Y2K y las mariposas: sinónimo de un renacimiento sensual y dual.
por CAMILA LAGOS RIVAS
fotografías gentileza BLUMARINE
En 1977, Anna Molinari y su difunto marido Gianpaolo Tarabani fundaron Blufin SpA, una casa de moda cuya marca principal es Blumarine. En realidad, junto a esta nacieron una serie de sublíneas inspiradas en el mar y el color favorito de la pareja: el azul. Por 42 años, la forma se posicionó con el romanticismo de la ingenue-femme-feur y entre flores y rosas, Blumarine se convirtió en sinónimo de feminidad y pluralidad. Sus raíces, incluso en la actualidad, se ensalzan en el diálogo entre una madre y una hija; un contraste de personalidades y una complementariedad única. Claro, el presente actualiza la tradición, sin embargo, los cambios comenzaron en 2019, cuando la crisis irrumpió en Blufin y sus marcas. Despidos, reorganizaciones y un plan de relanzamiento. Aquel año la empresa fue adquirida por el holding dirigido por Marco Marchi –fundador de Liu Jo– Eccellenze Italiane, una entidad que apunta a reagrupar las ‘excelencias’ italianas. En aquel momento, el empresario se declaró “cansado de ver pasar los tesoros italianos a manos extranjeras”, siendo su sueño “reunir marcas de alta gama con un carácter común y potencial de crecimiento, con el objetivo de hacerlas competir más efectivamente en el escenario internacional”. Con perspectiva, lo ha logrado. El 100% de las acciones de Blufin pasó a Marchi y, por consiguiente, Anna salió de la dirección creativa.
EL ARTÍFICE DEL RENACIMIENTO
¿La última colección frmada por Molinari? El Spring-Summer 2020. Juvenil, pensado en las adolescentes que no temen salir de festa con un minivestido ceñido por un bustier y estampado por un sinfín de rosas. El agradecimiento se manifestó en la pasarela, que supuso el fin de una era protagonizada por vuelos, encajes, lentejuelas y tonos pastel. Bueno, en realidad, estos últimos se han mantenido como un sello característico de la firma ahora dirigida por Nicola Brognano. A fines de 2019, el nacido en Calabria, al sur de Italia, fue designado como el nuevo director creativo de Blumarine. Creció en el taller de novias de su madre y estudió Diseño de Moda en el Instituto Marangoni de Milán. Trabajó asistiendo las colecciones prêt-à-porter y alta costura de Giambattista Valli y luego lanzó su marca homónima. En 2016 ganó el premio Who’s On Next de Vogue Italia y Altaroma y desde la llegada de Marchi a Blufin –y Blumarine– ha sido el encargado de despertar a la casa de su letargo.
Su nombramiento fue silencioso; era un desconocido en la industria y su inicio estuvo marcado por el confinamiento provocado por la pandemia del Covid-19. No obstante, el diseñador logró sacar del olvido a Blumarine, quien llevaba casi una década enterrada por el minimalismo romántico y la discreción. Le bastaron un par de colecciones para estar en boca de todos. Su debut fue para el Otoño-Invierno 2021 y, por supuesto, la entrega estuvo dedicada a un ícono de los 2000: Britney Spears. A decir verdad, a ella y a los emblemas de los nacidos en los 90, como Paris Hilton, Nicole Richie o Lindsay Lohan, que se lucían con piezas firmadas por la casa. Vestidos ajustados y brillantes que, a pesar de su sensualidad, mantenían cierto romanticismo ingenuo. “Recuerdo las campañas publicitarias de Blumarine realizadas por Helmut Newton en los años 90”, comentó Brognano a comienzos de 2021, sacando a relucir su influencia y nostalgia por el Y2K. Sin embargo, su Blumarine estaba y está lejos del de antaño: “Es más sucia, más sexy”. Y eso le ha valido que, en la actualidad, sus diseños sean los predilectos de los actuales íconos pop. Dua Lipa y Bad Gyal son tan solo algunas de las cantantes que han posicionado a la firma tanto en la industria como en la cultura. La naturaleza dual de Blumarine se refleja en la devoción de Brognano por la feminidad floreciente y una agudeza hilada por el lenguaje clásico de la alta costura. Aun así, hay cierta rebeldía en los bocetos del diseñador, que desde su ascensión ha traído de vuelta los 2000. Con un ojo ecléctico, le ha dado un giro contemporáneo al romanticismo creando figuras sensuales y hasta misteriosas. ¿Sensualidad romántica o romanticismo sexy? Aquella pregunta acompaña cada colección del italiano, un encuentro entre la armonía y los contrastes en constante evolución. Opuestos reconciliados y una rosa que se desenvuelve en el salvajismo más ingenuo y seductor, donde la nostalgia se ensambla como una herramienta de innovación y poder… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #48 SUSCRÍBETE AQUÍ
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