KATERINA TANNENBAUM
- mayo 29th, 2023La actriz estadounidense nos da cátedras de profesionalismo y estilo. Enfundada en Chanel y con detalles Miu Miu y Prada, al compás de estampados florales y tonos femeninos, revela detalles de su próxima película, su relación con el ballet, su conexión con Nueva York y reflexiones de la era moderna.
fotografías VANESSA GRANDA edición de moda STEFANIA CHEKALINA texto JEANNE PRISYAZHNAYA traducción VALENTINA RAMÍREZ S-M
Katerina Tannenbaum, actriz de madre rusa y padre estadounidense. Tiene cinco hermanos y una hermana. Una verdadera dosis de cultura en su infancia. Creció hablando ruso con su mamá e inglés con su papá en Portland, Oregón, rodeada de naturaleza y una casa desbordada de personalidades e idiomas. Cuando tenía 18 años se mudó a Nueva York. “La razón por la que pude quedarme en la Gran Manzana y construir una vida es porque no me di cuenta de lo difícil que puede ser y cuánto sacrificas aquí. Todo es un pequeño paso de dificultad, pero estoy muy feliz de haber llegado un poco ciega. De hecho, vine por primera vez cuando tenía nueve años. Y desde que tenía cuatro comencé a ver películas, y sabía que tenía que residir en esta ciudad. Cuando arribé supe para siempre que viviría en este sitio. Me siento tan en paz, lo que es divertido, porque es ruidosa y horrible la mayor parte del tiempo, pero realmente es mi hogar”. Su día parte, por lo general, con tostadas y café. “Soy una mujer sencilla. Cuando estoy filmando, mi jornada comienza muy temprano y grabo durante cinco horas o, a veces, 16. Realmente depende del día. En mi tiempo libre veo a mis amigos o voy al cine. Me encanta escuchar música y caminar. Es tan simple. Para mí, esa es la mejor forma de meditación e inspiración, porque simplemente me pongo los audífonos y camino por horas por Nueva York; lo encuentro muy estimulante… También escribo. Mi estudio está a cinco minutos de mi casa y estoy desarrollando dos películas diferentes en este momento”. Conquistó interpretando el papel de Lisette, la nueva vecina de Carrie Bradshaw en ‘And Just Like That’, secuela de ‘Sex and the City’, y que hoy volverá al cine en la segunda temporada. “Hemos estado filmando durante un par de meses. Estoy muy emocionada, porque fue un placer estar ahí. Creo que en parte porque soy una gran fan. Me encanta ‘Sex and the City’, crecí con eso, y todos los personajes se perciben como viejos amigos, como nos sentimos muchos de nosotros, por lo que es realmente icónico ser parte de su mundo. Hemos estado grabando en Nueva York, obviamente no puedo decir nada sobre la trama, pero Lisette está de regreso, así que eso es bastante emocionante. Sarah Jessica Parker es tan amable, me enseñó que no importa cuánto crezca tu carrera, hay una manera de ser humilde, trabajador y muy presente para todos. Así que espero llevar eso a lo largo de mi carrera”.
¿CÓMO FUE SER CONTACTADA POR MICHAEL PATRICK KING PARA ‘AND JUST LIKE THAT’? ¿QUÉ APRENDISTE AL TRABAJAR CON ÉL, AHORA QUE HACES TUS PROPIOS GUIONES?
Michael Patrick King fue el creador de ‘AJ and the Queen’. Él y yo pasamos una temporada filmando ese programa, el que fue muy personal para él y para nuestra experiencia. Nos hicimos muy buenos amigos. Cada vez que yo estaba en Los Ángeles o él en Nueva York cenábamos y nos poníamos al día. Y cuando estaban grabando la primera temporada de ‘And Just Like That’, lo visitaba y me decía: ‘¡Oh, es tanto trabajo! Estoy rezando para que esto funcione’. Fue muy divertido escucharlo y luego mis agentes me dicen: ‘Michael escribió un papel para ti. ¿Estás lista para venir al set?’ Y yo estaba como: ‘¡Diablos, sí!’. Así que mi conexión con ‘And Just Like That’ y el mundo de ‘Sex and the City’ es por Michael. Tiene tanto talento, brillante y trabaja duro. Se despierta a las cuatro de la mañana, escribe hasta la hora que sea, tal vez, las ocho, hasta que necesita tomar un café. Quiero decir, está constantemente creando. Creo que cuando eres apasionado en tu vida, surge la creatividad y se crean más oportunidades. Y no es por ser cursi, pero es como una abundancia de energía. Cuanto más hago, más viene a mí.
¿QUÉ SIGNIFICA HOY LA FEMINIDAD?
Tal vez no lo definiría ahora. Pienso que lo que es genial, lo que presencié y lo que siento dentro de mí es que la feminidad es algo indescriptible, y creo que es muy personal. Todas nuestras relaciones con la energía de género son mucho más fluidas. Y estoy muy emocionada por eso, porque ahora se trata de definir menos las cosas.
¿CÓMO SE VOLVIÓ IMPORTANTE EL BAILE EN TU AUTODESCUBRIMIENTO?
He estado bailando desde que tenía tres años. Me ha ayudado en todos los aspectos, me dio mucha confianza. Realmente me enraizó en mi cuerpo, lo que ha sido muy útil con la actuación y con todo. Es como cuando tienes conciencia hasta la punta de los dedos de las manos y de los pies. Aporta una especie de conexión a tierra.
TE FORMASTE EN BALLET, PERO AHORA PREFIERES EL BAILE LIBRE. NO HAY PERSONAJES ESPECÍFICOS NI REGLAS A SEGUIR ALLÍ, ¿TE LO PONE MÁS FÁCIL O TODO LO CONTRARIO?
La razón por la que no es tan intimidante es que no lo estoy haciendo como una actuación. Estoy sola. Voy al estudio y pongo música. Dependo de mi estado de ánimo, a veces pongo música clásica, pero no ballet, algo realmente agradable y relajante. Y en ocasiones estoy bailando Shakira y ‘sacudiendo mi trasero’. Creo que es muy bueno haber venido de un entorno estructurado y luego poder salir de él, porque es como si tuvieras la técnica y luego otra vez esta base de conexión a tierra. Entiendo mis músculos y puedo, simplemente, relajarme.
EL BALLET ESTÁ MUY REGLAMENTADO, ¿ALGUNA DE LAS RUTINAS LAS MANTIENES?
Lo principal que me quedó grabado del ballet es la ética de trabajo. Esa forma de baile es tan reglamentada, tan estricta. Cuando vas a clase y estás de pie, por ejemplo, el profesor señala que la parte superior de tu cabeza está aquí, tus costillas están cerca, tu trasero está metido y tus rodillas levantadas. Es cada cosa hay reglas. Entonces, al tener algo de régimen, ahora memorizo mis líneas a tiempo y llego a trabajar puntual. Todo eso vino de mi entrenamiento de ballet.
¿CÓMO EVOLUCIONÓ TU AMOR DE LA DANZA AL TEATRO, CINE Y LA TELEVISIÓN? PORQUE FUISTE A LA ESCUELA DE ACTUACIÓN STELLA ADLER…
Es curioso, alguien me preguntó el otro día por qué elegí el teatro y la actuación en lugar de la danza. La respuesta más simple es que me encantan los idiomas. Y descubrí que con la danza realmente extrañaba las palabras. Cuando veo películas, lloro o me río. Me veo a mí misma, estoy comprometida. Es como el regalo más grande. Recuerdo que cuando era niña, como a los seis años, estaba obsesionada con las estrellas de Broadway, como Ethel Merman. Ella me dijo: “No hay negocio como el del espectáculo”. Ya sabes, muy clásico. Mi amor por el teatro musical siempre se sintió como el corazón de la ciudad de Nueva York. También me encanta bailar, así que fue como esta combinación de actuación, baile y canto que se sintió tan romántica y divertida.
¿QUÉ SE NECESITA PARA CONSTRUIR UNA CARRERA EXITOSA EN CINE Y TV?
Cuando era más joven solía preguntarme eso todo el tiempo. Todavía lo hago, por supuesto, pero la historia de cada actor es tan diferente que es como un rompecabezas imposible. Porque ninguna historia es igual. Creo que fue realmente frustrante crecer. Sabes cómo convertirte en doctor: vas al colegio por una cierta cantidad de tiempo y luego hay una especie de camino. Con la actuación, realmente no lo hay. Si te encanta, solo tienes que seguir intentándolo. Suena tan molesto, pero es verdad.
INTERPRETASTE A UNA ADICTA EN ‘AJ AND THE QUEEN’, Y APRENDISTE A ANDAR EN SKATE PARA ‘BETTY’. ¿HAY ALGO QUE NO INTENTARÍAS COMO ACTRIZ?
Para mí, y tal vez sea un cliché, pero si no da miedo, no vale la pena. El objetivo principal de la actuación -la verdadera razón por la que me enamoré tanto de ella- son sus personajes y es empujarte a ti mismo hacia los límites más audaces y desconocidos. Además, los roles que quiero desempeñar en el futuro son personas que aún no logro entender a la perfección. Creo que lo que mantiene a la actuación tan interesante y asombrosa es el desarrollo de nuevas habilidades. No hay papel que no quisiera intentar interpretar… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #49 SUSCRÍBETE AQUÍ
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