En la ropa de Jil Sander no existen los pliegues. Nada se asemeja a una arruga en una tela perfectamente pulcra y de excelente calidad. Prueba de eso es lo último que vimos para la colección masculina de Resort, que tiene varios elementos a destacar. Aunque todo se basa en una forma única de entender la elegancia, hay prendas pensadas en la cotidianidad. Nada va demasiado ajustado, las proporciones son intencionalmente enormes. También hubo un juego de texturas, con pieles parecidas a las de pitón en color lila, en un traje de dos piezas. Los abrigos cubrían el cuerpo completo y eran tersos como un oso de felpa y otros, tenían cuellos que chocaban con el mentón.

Cada traje estaba acompañado de un interesante y diverso modelo de maxi bolsos. Todos en colores muy neutros, considerando que el diseñador, incluyó estampados como el animal print en camisas y suéteres. Las alternativas deportivas no cumplían su función. Eran sofisticadas y a pesar de utilizar telas livianas, parecían trajes ideales para cualquier evento de alfombra roja. El trabajo de Jil Sander siempre se ha caracterizado por ser minimalista, optar por los básicos y apuntar a un público más bien discreto. Aquí hemos visto algo más de aquello, incluyendo nuevos elementos como los maxi collares y un calzado colosal.

Cortesía Jil Sander

Ha sido especial la elección de colores. Se despidió de los negros y grises y trajo tonalidades que evocan la primavera sin tener que adelantarse a ella. Verdes y naranjas frescos fueron combinados delicadamente por el diseñador, creando una armonía ideal. A pesar de que había plataformas y otras piezas de cuero, no había idea alguna sobre la cultura gótica o algo de grunge. Todo parecía ligero y pensado en citas de elegancia y comodidad. Se suman los cortes modernos y contemporáneos, en una colección para hombres, que está divinamente adaptada a ambos géneros.

Cortesía Jil Sander