En el cuarto día de la semana de la moda de París, Isabel Marant, en colaboración con el director artístico Kim Bekker, crean un desfile que rinde homenaje a la feminidad libre y aventurera, desafiando las normas establecidas. El cuero emerge como protagonista en la pasarela, elevando cada conjunto con su atractivo atemporal. Desde vestidos cruzados y chaquetas de motociclistas, el material de piel se reinventa de diferentes maneras añadiendo un toque de rock and roll a la estética de la maison.

También resurgen los detalles inspirados en los años 80 a través de chaquetas de hombreras exageradas, con una silueta característica que rememora la elegancia de las mujeres ejecutivas de la década. Los tonos arenosos y orgánicos ofrecen una alternativa sofisticada al clásico negro. Conjuntos caqui, abrigos largos de color oliva y suéteres café logran una fusión entre un estilo aventurero y chic. Mientras que los flecos y el estampado de leopardo aportan un toque cowboy.

Sin embargo, más allá de la línea de ropa, esta colección refleja una tendencia cultural más amplia hacia lo bohemio. La diseñadora francesa aprovecha los tonos terrosos a su favor para alinearse con esta tendencia que se muestra también en la música y el arte. La colección inspira empoderamiento y autenticidad, con un compromiso firme a la artesanía y estilo natural. Marant utiliza sus diseños para transmitir un mensaje claro: no cegarse con el conformismo, si no más bien expresarse a través de una identidad clara y distintiva.

Fotos cortesía Getty Images