Palabras y muy serias son las que está tomando Francia en cuanto a la moda rápida. La Cámara Baja del parlamento aprobó un proyecto de ley que pretende imponer sanciones al “fast fashion” un estilo de venta seguida principalmente por empresas como Shein. La norma prevé aumentar gradualmente las sanciones por prenda individual, además de prohibir la publicidad que motive la compra de este tipo de productos. 

“Esta evolución del sector de la confección hacia una moda efímera, que combina mayores volúmenes y precios bajos, está influyendo en los hábitos de compra de los consumidores al crear impulsos de compra y una necesidad constante de renovación, lo que no deja de tener consecuencias medioambientales, sociales y económicas”, señala el proyecto de ley.

¿Por qué es tan negativo el fast fashion? La industria de la moda es una de las más contaminantes del mundo, representa entre el 3% y el 5% de las emisiones globales de carbono. El cambio rápido o constante de temporadas genera una producción excesiva de ropa que no es de buena calidad y que termina siendo desplazada o rechazada por el cliente. Muchas de las prendas terminan en la basura o son quemadas de forma masiva. La única manera de aportar al medio ambiente es comprando ropa de alta calidad que logre perdurar en el tiempo y reciclar sin parar.

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