El cuero es un descubrimiento tan o más antiguo que cualquier otro material. Un tejido que ha recorrido las mejores casas de moda del mundo y que está presente en más de alguna prenda de nuestros armarios. Por su versatilidad, este material se encuentra en todo tipo de prendas y accesorios del vestir y según su uso, pueden aportar elegancia o rudeza. A la vez, permite crear atuendos con gran personalidad y, sobre todo, estilo. Elementos únicos y sorprendentes que House of Compulsion rescata y plasma en sus diseños, desglosando un erotismo sutil y disruptivo.

“Nuestra ropa es una celebración del arte y la narración” expresa la firma. Fundada por Alina Morar, House of Compulsion nació en 2018 como una oda al material favoritos de todos los tiempos y la chaqueta de motociclista. Desde Rumania, la marca sumó a su equipo a Anca Belbe en 2019 y de la mano de la ex pasante de Iris Van Herper, propusieron una experiencia, donde el vestir se transforma. Así, en el HoC Studio la evolución de la Biker Jacket cobra vida. Las piezas se sumergen en la cultura rocker y exhiben lo que en un comienzo era sinónimo de rebeldía, libertad y juventud, pero que hoy es un básico que combina con múltiples estilos.

Cortesía de House of Compulsion

Lo que House of Compulsion propone es una mezcla de todo eso más un factor agregado: el erotismo, en el cual el cuero se apodera de corsés y antifaces para relacionarse con la sensualidad y la lujuria. Necesarias y sutiles formas de expresión para la marca, donde Morar y Belbe han reinterpretado el clásico material, convirtiéndolo en un must sin perder personalidad. Aunque nación en Rumania, la firma tiene su sede en el Reino Unido y desde ahí, hace una exploración de las texturas, colores y cortes. Concluyendo así en piezas de alto impacto que varían entre vestidos, abrigos, lencería e incluso bikinis. Prendas únicas creadas bajo un trabajo de fabricación artesanal que mientras convierte el vestir en una experiencia especial, busca generar la menor huella ambiental a través de ediciones limitadas.

Cortesía de House of Compulsion