Lo llaman el fraude del reciclaje. No es la primera vez que a la firma sueca H&M le cae encima un balde de agua fría, cargado de denuncias por su impacto negativo en el medio ambiente. Aunque de forma lenta, el cliente está cambiando su forma de adquirir un producto. Se informa y logra reconocer si para conseguir una prenda, debieron suceder un millón de cosas irregulares. Sin embargo, hay quienes confían en una simple etiqueta verde. Lo que mantiene a la firma en la palestra es una denuncia colectiva por greenwashing, que apuntó a una colección llamada “H&M Conscious”, una línea de artículos supuestamente hechos a partir de materiales y procesos más amigables con la naturaleza.

La industria de la moda ocupa el segundo lugar a nivel mundial como la más contaminante. Fue esa presión la que llevó a muchas marcas a cuestionarse el uso de pieles de animales o la producción excesiva de prendas hechas de plástico. Producción excesiva y materiales tóxicos son precisamente los términos con los que se le vincula actualmente a H&M, y por esto, fue presentada ante el tribunal una demanda que superó los 50 folios. Las alegaciones fueron de Abraham Lizama y Marc Doten, ciudadanos estadounidenses que acusan que la firma recurre a etiquetados fraudulentos para fomentar sus ventas. Afirman que se trata de una estrategia de lavado de imagen y falsos compromisos para engañar al consumidor.

Junto con informarse respecto al origen de los productos, el nuevo cliente está dispuesto a pagar un valor agregado que se impone desde las marcas, cuando se trata de prendas sostenibles. Es esta una de las otras razones por las que se utiliza el greenwashing, con el objetivo de obtener ganancias. Por esto y más, el grupo de estadounidense se mantuvo fuerte, hasta la reciente resolución que desestimó la presencia de esta mala práctica en el trabajo de H&M. La firma no difama etiquetas falsas, pero si basa más del 50% de su producción en derivados del plástico. No publica datos falsos, pero si crea infinitas colecciones y cambios excesivos de temporada que fomentan el consumo. No miente respecto al uso de materiales, pero no duda en utilizar los de menor calidad para el recambio constante. La lista es larga, pero esta vez, la atención está en su victoria en esta demanda, y en su intento por recuperar los clientes que perdió.

Cortesía H&M