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Editorial, Fashion, Reportage

HAUTE COUTURE: ARTE & ARTESANÍA

POR ANDREA LEÓN - abril 20th, 2022

La Semana de la Moda de París, en su versión Primavera/Verano 2022, dicta cátedras de belleza pura, creatividad y excelencia en cada diseño. ¿Cuántos secretos ocultan las infinitas puntadas de una aguja al confeccionar un vestido? Propuestas estéticas, elementos teatrales, un homenaje a los artesanos y mucho más nos llevó a dimensiones sorprendentes y desconocidas, para así comprender que la emoción y la técnica se funden en el movimiento de una tela.

Por ANDREA LEÓN P.

Fotografías gentileza CHANEL, RABIH KAYROUZ, ZUHAIR MURAD, STÉPHANE ROLLAND, ELIE SAAB, GIAMBATTISTA VALLI y ALEXANDRE VAUTHIER

Vivimos en una sociedad donde un algoritmo conoce nuestros gustos y necesidades. Todo está pauteado, todo es predecible. Sin embargo, la Alta Costura permanece incólume para activar la capacidad de asombro y abrir un universo conformado por el diseño, la fantasía, la comunicación, la artesanía, la arquitectura, el surrealismo, las materialidades, la confección minuciosa y silenciosa. La producción de una prenda requiere cientos y hasta miles de horas de trabajo. Cada equipo humano trabaja con tal nivel de compromiso y amor por la moda, que muchas veces lo invisible es más poderoso de lo que se ve en la pasarela. Chanel y Dior fueron piezas fundamentales de la Semana de la Moda de París, realizada en enero pasado. Virginie Viard retomó el símbolo del caballo, esta vez negro, montado por la embajadora de la firma y experimentada amazona, Carlota Casiraghi, quien abrió el desfile luciendo una chaqueta de tweed negro y lentejuelas, ante la sorpresa de la audiencia que llegó al Grand Palais Éphémère. La puesta en escena jugó con elementos paisajísticos, teatrales y de las vanguardias de los años 20 y 30. Atuendos ligeros flotaban con detalles de volantes, flecos, macramé, encajes brillantes, tweeds iridiscentes y botones joya. La paleta de colores pasó del azul al rosa, rojos, cafés y verdes, sin olvidar el clásico blanco y negro. Cabe mencionar un vestido adornado con camelias constructivistas en el que participaron todos los bordadores de la casa. “Estas referencias también pertenecen a Gabrielle Chanel. Es como una conversación que atraviesa el tiempo”, comentó Viard. Mientras, Dior rindió un homenaje a los artesanos y sus técnicas excepcionales, destacando el esfuerzo colectivo en nombre de la excelencia. Con el fin de explorar la fusión entre el arte y lo manual, Maria Grazia Chiuri convocó a los artistas indios, Madhvi y Manu Parekh para diseñar tapices de gran formato que se instalaron en las paredes del Museo Rodin. Chiuri planteó la reinvención ultramoderna de la sastrería asociada con la pureza de las formas y la complejidad de la Alta Costura. Este virtuosismo se observó en distinguidos y fascinantes 45 looks de día y noche en negro, blanco y gris. La relevancia de los bordados se reflejó en su aplicación hasta en medias y zapatos (inspirados en los años 50), convirtiéndose en un tejido que abrazó y realzó las curvas del cuerpo. Intrincadas redes de joyas, perlas y pasamanería, ubicadas en diferentes planos, generaron destellos en vestidos vaporosos con sutiles transparencias, abrigos, faldas, chaquetas y trajes en lana, seda y muselina

RENOVAR ENERGÍA

Antes de comenzar el desfile, que conmemoró sus 30 años de trayectoria, Stéphane Rolland recordó al fallecido diseñador Manfred Thierry Mugler. Luego, con la sobrecogedora canción ´Somewhere’, de Aretha Franklin, partió la presentación de este artista que encarna la esencia de la Alta Costura francesa. A través de túnicas y caftanes alucinantes expresó un nuevo equilibrio. Inmensas capuchas drapeadas parecían estar hechas de oro líquido y los velos en la cabeza añadieron algo de misterio y protección. Piezas de lana infinitamente blanca o gasa en tonos ciruela y verde se complementaron con joyas escultóricas compuestas por gigantescos topacios, citrinos, esmeraldas y aguamarinas. La modelo española y musa de Rolland, que también cumplió tres décadas de carrera, Nieves Álvarez, cerró la jornada con un vestido negro de falda voluminosa y un impresionante collar de pedrería. Para los Premios Goya 2022, ella también vistió una prenda de esta colección. Un contrapunto interesante lo dio Alexandre Vauthier en su pasarela situada en una fábrica abandonada. Siempre con un enfoque experimental, su propuesta se basó en trajes de lentejuelas combinados con minifaldas asimétricas, volantes, chaquetas con hombros muy marcados, estrechas cinturas y estilosas botas. Este autor, que se formó con Mugler y JeanPaul Gaultier, reafirmó su estilo caracterizado por la precisión de los cortes, volúmenes constantemente reinventados, modernidad y una cuota de elegante descaro. El plata, blanco, rojo, negro y verde esmeralda fueron los colores con los que quiso renovar la energía y dejar atrás los dos últimos años que ha vivido la humanidad. Por otra parte, Glenn Martens, fundador de Y/ Project y director creativo de Diesel, exhibió su primera colección de Alta Costura gracias a la invitación de Gaultier. El desfile se gestó en una vorágine de alfileres, tijeras, telas, máquinas de coser, planchas, puntadas y toneladas de nervios. La crítica valoró su interpretación de las icónicas rayas marineras de la firma, a las que agregó puntas de coral y la aplicación de franjas ópticas, encajes, capuchas, vendajes, listones, velos de tul y vestidos de gran volumen y dramatismo en rosado, verde botella, negro y damasco. El belga honró el… CONTINÚA LEYENDO EN ISSUE #43 SUSCRÍBETE AQUÍ

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