Sabemos que la realeza tiene un estilo y sentido de la moda únicos; visten diseños exclusivos y por supuesto, a los mejores diseñadores del mundo. Con el pasar de los años, la forma de vestir de los monarcas ha marcado la historia de esta industria. Por esto, siempre es pertinente recordar y realizar un homenaje a quienes – ya sea por su elegancia, disrupción u extravagancia- han dejado un legado en la industria y sociedad.Así, hoy es el turno de la princesa de Mónaco y actriz de películas de culto, Grace Kelly. Distinguida y elegante. Esas son las palabras que describen a este ícono de moda de la década de los 50. Sin duda, ella le entregó a Hollywood y al mundo un glamour atemporal y uno de los accesorios más emblemáticos de todos los tiempos.

Grace Kelly nació en Estados Unidos, en la ciudad de Filadelfia a finales de los años 20. Y hasta la actualidad, su estilismo y looks más emblemáticos siguen siendo una importante referencia de esta generación. Su gran melena rubia y su belleza indescriptible conquistaron al mundo. Pero, gracias a su impecable trabajo como actriz, se ha convirtió en un personaje de culto. Sus grandes participaciones en películas como “La Ventana Indiscreta” o “La Angustia de Vivir” le valieron nominaciones de la academia y un premio Óscar.

Cortesía de Getty Images

La princesa y posterior musa, Grace Kelly, le dio a la industria de la moda la importancia de los accesorios, ya que demostró cómo llevarlos con elegancia. Y por esto, grandes firmas se han inspirado y confeccionado increíbles complementos, que hasta ahora siguen latentes. Una gran muestra de esto es el bolso Kelly de Hermes ­– que, además, su creación tiene una historia impresionante, sin embargo, no la abordaremos hoy–.

Por otro lado, no podíamos terminar esta nota sin realizarle una mención al impresionante vestido de novia que lució en su boda con el príncipe Raniero III de Mónaco, confeccionado por la diseñadora estadounidense Helen Rose. Que, además, creó el atuendo que Kelly utilizó al momento de recibir su premio Óscar por “La Angustia de Vivir” en 1955. Sin duda, un ícono de la moda, cuyo estilo, sofisticación e impresionantes combinaciones cotidianas son una inspiración para crear looks dignos de la elegancia de la realeza.

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