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Woman

GIVENCHY FW23: ENTRE EL PUNK Y LA SASTRERÍA GÓTICA

POR CAMILA LAGOS - marzo 3rd, 2023

Con tan solo los primeros 15 looks, Givenchy demostró su capacidad de inmortalizar el punk mediante la sastrería. Tras varias temporadas sin conectar con el público, Matthew M. Williams parece haber encontrado la receta del éxito. Su identidad se fusionó con el ADN casi gótico de la maison que, desde la École Militaire, trajo el pasado a la modernidad. Un Fall-Winter 2023 sorprendente, repleto de detalles pensando en la mujer Givenchy. Precisamente, para estilizar la entrega Williams recurrió a Carine Roitfeld, con quien está dando forma a una nueva conciencia para la casa, una multigeneracional y multicultural. “Tenemos un diálogo sobre cómo hacer ropa deseable. Me inspiran mucho las mujeres que me rodean”, comentó el diseñador, agregando que la editora y estilista entiende perfectamente a la casa. “Literalmente solo hablamos de ropa”, añadió.

Quizás la visión de Roitfeld ha ayudado a Williams a encontrar su camino hacia el ADN de la maison. Abandonó las siluetas sucias de temporadas pasadas y depuro las telas bajo una sartorialidad que congrega el pasado y el presente. El comienzo fue demarcado por una sastrería negra entallada e incluso, hubo looks que fueron construidos en el taller de Alta Costura de la casa. Con elementos definitorios ceñidos por grandes pliegues de lado a lado, cada atuendo fue una oda a los detalles. Sin embargo, aquellas particularidades se desvanecieron en favor de chaquetas en forma de minivestidos cruzados, con hombros suaves y colas de organza. Sin embargo, también hubo espacio para hombros anchos, faldas de cuero y hasta blusas de muselina.

Cortesía Givenchy

Cachemir en doble cara y algunas variaciones de lo ya visto. El acto de apertura devolvió la sastrería y elegancia a Givenchy. Tras esta apareció la sastrería monocromática, de gran tamaño y deconstruida. Vestimenta contemporánea y sofisticadamente conservadora, sinónimo de una estampa que no se desvanece en el tiempo y que, por el contrario, perdura eternamente. Luego de este primer acto, la identidad de Williams comenzó a inmiscuirse, mediante capas de tonos pasteles y cueros envejecidos sobre tejidos de punto. Hasta algunos jeans deshilachados que terminaron por cerrar el desfile que en a penas 15 minutos, hizo de lo simple algo sublime. Las transparencias se apoderaron de vestidos minimalistas y clásicos, y el archivo de la maison arremetió con un vestido de seda verde inspirado en los años setenta.

Cortesía Givenchy

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