Chatea con nosotros para suscribirte
Opinión

FUTURO, MODA Y TECNOLOGÍA: CUANDO LA NATURALEZA SE APODERA DE LA ROPA

POR CAMILA LAGOS - junio 29th, 2022

Imagina un futuro distópico; lamentablemente, la humanidad no ha podido salvarse de propia destrucción y todo lo que conocimos, ya no existe. Excepto, el cemento y los edificios como máxima expresión de la capacidad creativa del ser humano y cuyo gris cubre las ciudades. Sin embargo, un suave y sublime verde se asoma entre el manto de ruinas, y lo que alguna fue una civilización, susurra que la naturaleza siempre encuentra su curso. Tal como cuando vamos caminando y en la acera, pequeñas muestras de vida nos recuerdan que antes de una vereda, hubo pasto. Uno que, ahora, rasga de a poco el hormigón o que bien, utiliza las diminutas rejillas para crecer. En parte, eso es lo que presento Loewe en su colección Spring 2023, aunque claro, no de manera pesimista ni mucho menos, pensado en las distopías del mañana. Si no, con ilusión y optimismo.

Con el Paris Fashion Week ya finalizado, hacer una retrospectiva de lo que fueron algunos de los shows se facilita. Por supuesto, no los abordaremos todos, sino, uno en particular: el Loewe. Una exquisita combinación entre futuro, moda y tecnología, donde la naturaleza se apoderó de la ropa. Pero no de la forma tradicional, no mediante dibujos o texturas que la pudieses simular. El pasto, aquel manto verde y esponjoso que, como una alfombra natural, nos permite jugar y hasta soñar. Le tomó 20 días hacer crecer el pasto en cada prenda. Polerones, pantalones, abrigos e incluso el calzado fue cubierto de hierba para gatos y plantas de chía. Una yuxtaposición de nuevas perspectivas, en la cual, el blanco inmaculado que sirvió como telón de fondo para la pasarela permitió deslumbrarse y expandir la mente. Lo perfecto y lo desgastado. Fue una oda a los contrastes que puso en la palestra la vida que llevamos.

Cortesía de Loewe

Las reliquias tecnológicas como los pendrives, los audífonos y hasta las fundas de celulares se agruparon en los abrigos de cuero, mientras que las formas se redujeron a una tosquedad elegante y arquetípica. No se trato de una colección para su uso diario, o por lo menos, no en su totalidad. A diferencia de la hierba que crece salvajemente entre la acera, la empleada por Loewe y su director creativo, Jonathan Anderson requirió de cuidado. 20 días de riego y sol que dieron sus frutos. El largo que llevaban también fue determinado para la pasarela. ¿Los procesos? Fueron perfeccionados en colaboración con la diseñadora Paula Ulargui Escalona, con quien lograron un Spring que trascendió y no solo por el ingenio de Anderson, sino, por esa extensión de la mente donde todo se hace posible. Incluso, una distopía en la que ya no existimos o bien, una utopía que nos devuelve a la naturaleza, que nos invita a abrazarla y a lucirla por las calles. Quizás, una nueva manera de tener jardines o reducir los gases de efecto invernadero a través de nuestras propias prendas. Una idea fundamental, sobre todo cuando la moda es la segunda industria más contaminante y el hormigón cubre las ciudades.

Cortesía de Loewe

Share

0