En el mundo de la moda, hay nombres que resuenan a través del tiempo, recordándonos la audacia y la innovación que marcaron épocas enteras. Con una imaginación perspicaz y una pasión insaciable, Francisco Rabaneda y Cuervo se destacó como uno de los diseñadores más icónicos dentro del mundo de la moda. Gracias a su visión osada, logró realizar grandes hitos en la industria. Criticado por algunos, amado por muchos, Rabanne fue capaz de deslumbrar a todos con sus colecciones únicas y originales. Hoy recordaremos sus comienzos, cuando en 1966 cautivó al mundo con su colección “Manifiesto”, presentando “12 vestidos imposibles de llevar fabricados con materiales contemporáneos”.

El 1 de febrero de 1966, en el Hotel Georges V de París, un desfile de moda deslumbró a la audiencia al compás de “Le Marteau sans maître”. Este evento marcaría el debut de una colección que desafiaría los cánones establecidos de la industria. Así fue cómo se presentó la legendaria colección “Manifiesto”, llevando a su creador, Paco Rabanne, al centro de la atención mundial. En vez de aguja e hilo, Rabanne creó construcciones de metal ensambladas con piezas geométricas. Nylon, acero, nácar, PVC y aluminio fueron algunos de los materiales que conformaron la línea, escandalizando al mundo de la moda. Estos fueron los famosos “vestidos imposibles de llevar”. Armaduras desafiantes que Rabanne definía como diseñadas para una “Juana de Arco del 2000”.

Incluso la reina de la industria, Coco Chanel, una vez comentó que Rabanne no era un diseñador de moda sino un metalúrgico. Sin embargo, lejos de perjudicarlo, la fama que fue adquiriendo lo llevó a convertirse en el ícono que es recordado hoy en día. Más que una simple colección de prendas, “Manifiesto” se erigiría como un discurso artístico desafiante a las convenciones tradicionales. Según explican los expertos, estas creaciones eran más conceptuales que diseños para el uso diario, mostrando a Rabanne como un verdadero maestro del arte y la moda.

Cortesía Paco Rabanne