#FLASHBACKFRIDAY: DIOR BY JOHN GALLIANO
POR CAMILA LAGOS - junio 16th, 2023Frente a una vitrina de Barney’s y con una Saddle bag colgado del hombro derecho, Carrie Bradshaw simbolizó la felicidad en forma de un Dior by John Galliano. “Quién dice que el dinero no compra la felicidad, obviamente no conoce de Galliano en Dior”, dijo la protagonista de Sex and the City. Una premisa que resuena hasta la actualidad, incluso, cuando el diseñador de hispano-británico dejó la maison hace más de una década. Era 2011 cuando Galliano fue despedido de Dior, firma a la que llegó en 1996, revolucionándola por completo y haciendo del drama y el glamour el epítome de los 2000. Diseños cargados de extravagancia y verdaderas obras de arte; mientras el pret-a-porter era femenino y sofisticado, la Alta Costura brillaba con una genialidad indudable. Piezas magnificas e increíblemente detalladas, cargadas de un romanticismo exagerado y nítido, donde moda, modelos y escenarios fluían tal como en un teatro. Una obra inmiscuida en la teatralidad; misma que se convirtió en un insoslayable debido al Haute Couture de Otoño-Invierno 2005.
Una dama aristocrática, una versión contemporánea y nostálgica de Madame Dior o colecciones que cobraban vida mediante las mejores supermodelos de la época o maquilladoras como Pat McGrath. Tocados firmados por el legendario Phlip Treacy y Stephen Jones y escenografías diseñadas por Michael Howells. Un todo en uno alejado del minimalismo, pero, aun así, suntuoso y cargado de personalidad. Una desconstrucción y reinterpretación constante del legado de Christian Dior, aunque claro, bajo una visión que lo celebraba con audacia y complementos colosales. Diseños honrados por el maximalismo; mismo que experimentaba con técnicas y materiales que iban del PVC a la paja, el encaje y hasta el neopreno o el vinilo. Una tendencia que se apoderaba tanto del pret-a-porter como de la Alta Costura. Una búsqueda constante de hacer posible lo imposible y de llevar la moda a nuevos niveles.
Cortesía Dior
Cómo olvidar la ya mencionada colección Haute Couture de Otoño-Invierno 2005 o el pret-a-porter de Primavera 2001; una yuxtaposición de referencias estéticas, donde la multiculturalidad se apropió de las filas de Monsieur Dior. Un mix and match cargado de color y bordados opulentos, excentricidad y un amor por el teatro que encontraba en la moda su función. Y así, un diseñador, cuyas siluetas maximalistas y teatrales transformaron el panorama estético de los 2000. Época en la que también se consagró el icónico newspaper dress, un vestido que se dejó ver sobre el cuerpo de Carrie Bradshaw en la tercera temporada de Sex and the City y, sin duda, un modelo cuyas ‘CD’ en las tiras superiores y patrón insigne, pasó a la historia de la moda y la televisión. Un modelo que, por lo demás, no estuvo exento de polémicas, siendo acusado de estetizar la pobreza debido a que estaba inspirado en Tramp Ball, aquellas opulentas fiestas de los años 20 y 30, en las cuales los parisinos vestían como “gente pobre” para divertirse. Claro, también estaba iluminado por Elsa Schiaparelli, quien en 1935 creó una impresión a partir de sus propios recortes de prensa. Galliano siempre encontró en el pasado un as de luz que guio sus colecciones; mismas que a comienzos de los 2000 llevaron al Saddle bag a la cima de los bolsos.
Cortesía Dior
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