Fendi ha presentado una nueva versión de sus bolsos más icónicos. Pero antes de ir de lleno al increíble trabajo detrás de cada accesorio, le daremos la atención que requiere a cada prenda prêt-à-porter que está lista para su venta. Hablamos de un cálido baby blue que se impregnó en un cárdigan manga larga, confeccionado completamente con hilo de cashmere y lana. Tiene un escote que se cruza en el cuello y puños con borde acanalados, con las letras de la firma en la cintura. Para presentar la colección va a acompañado de una maxi falda de piel. En los mismos colores, un vestido de piel va sobre una camisa de malla celeste, en el calzado unas magníficas botas Delfina por encima de la rodilla.

En esta entrega se ha querido resaltar la artesanía italiana y la creatividad. Con ello se reinventa el clásico bolso Fendi C’mon en una versión más pequeña. Mantiene una solapa con botón y cierre magnético y una confección completamente hecha en cocodrilo negro brillantes. Los detalles van en un maravilloso oro vintage. Otra de las novedades fue el chaleco desestructurado, donde las mangas van sobre los brazos como una capa. A simple vista es un gillette con algunos botones y una delicada tela marfil. Un color que combina a la perfección con el bolso Peekaboo confeccionado con piel y con acabados enhebrados y en relieve.

Cortesía Fendi

Detrás de cada forma y diseño, Fendi apunta a la funcionalidad. Los bolsos se transforman en bandoleras o charms que son fáciles de llevar cruzadas o en el hombro. En cada espacio hay un detalle que destaca por su elegancia y remaches con el logo FF. Su interior está forrado con seda y espacioso y permite llevar tarjetas de crédito o cualquier documento o makeup. Lo último de la firma mantiene su identidad y es fiel al trabajo que ya conocemos.

Cortesía Fendi