¡Feliz Qi Xi! Durante la séptima noche del séptimo mes del calendario chino se celebra la Noche de los Siete. La festividad, también conocida como el día del amor o San Valentín, rememora el encuentro de las estrellas “pastor de vacas” y “doncella que teje”. Las constelaciones representan a dos enamorados que, según la tradición oral del país asiático, no podían estar juntos. Una vez al año y ante el sufrimiento de los jóvenes, las urracas forman un puente y orquestadas por la diosa del cielo permiten que los amantes se reúnan bajo el manto estelar. Este 2021, aquella fecha coincide con el 14 de agosto y para festejarla, Balenciaga lanzó una cápsula que desborda romanticismo y modernidad.

Una vez más, la visión de Demma Gvasalia ha reinterpretado las piezas básicas. En esta ocasión y con motivo del Qi Xi, el diseñador ha creado una serie de prendas y carteras que aúnan tradicionalidad y contemporaneidad. Diseños que evocan ser souvenirs, pues las poleras, polerones y jockeys presentan un corazón y el nombre de la firma. O quizás se trata de una forma de decir “I Love Balenciaga”.  Lo cierto es que la maison juega con los conceptos claves de la fecha y bajo estos, crea un universo de nuevos amores, proporciones irreverentes y tonalidades rosas y rojas.

Cortesía de Balenciaga

La vanguardia urbana de Gvasalia se manifiesta en la cápsula de tonos y piezas básicas, donde las prendas son re-imaginadas en blanco y negro. Asimismo, la felpa en piel sintética se apodera de esta edición limitada y las sandalias y zapatillas Track de la maison se dejan encantar por la esponjosidad del rosa. Los bolsos también se decantan por este material y mientras un baguette es sostenido por un dron, un clutch en forma de corazón aparece para celebrar el amor.

Luciendo un simple “Love Balenciaga”, las figuras se empapan de la cultura oriental a través de una campaña ambientada en Shanghái. Sin embargo, los modelos son avatares digitales que glorifican el concepto modernidad, pero a la vez, nos hacen cuestionarnos qué es real. De esta forma, los límites entre la tecnología y lo humano se encuentran, tal como las constelaciones del Qi Xi. Claro que aquí, el puente es formado por Gvasalia y sus hoodies extragrandes.

Cortesía de Balenciaga