Hoy, la eterna e icónica Lady Di cumpliría 60 años y aunque su vida se vio truncada por un accidente automovilístico, su leyenda permanece intacta. Nació en 1961 y dos décadas más tarde, en julio de 1981, contrajo matrimonio con el heredero a la corona británica. La unión no prosperó y a fines de los 90 se divorciaron. Un escándalo royal que, a pesar de los mitos,  su relación con la Reina Isabel II y el escrutinio público, acercó a la Princesa de Gales al pueblo hasta forjar un legado perpetuo e imborrable, que incluso post mortem, ha hecho de Diana un modelo a seguir.

Entre tormentas mediáticas y el acoso de los paparazzi, la encantadora personalidad de Diana se entremezcló con un fascinante estilo que dio vida a un nuevo concepto de monarquía. Así, se acercó al pueblo y encarnando el activismo social, se ganó el cariño del mundo gracias a sus labores humanitarias, su apoyo a las y los pacientes con VIH/SIDA, cáncer y enfermedades mentales y psicológicas. Igualmente defendió a las y los niños y abogó por la eliminación de las minas terrestres. Valores sociales que traspasó a sus hijos: William y Harry que hoy inauguraron una estatua en honor a la figura, legado e intransigencia de Lady Di.

Esa forma tan determinante y poco habitual en la monarquía hicieron de Diana un emblema representativo de los cambios. Iba a dejar a sus hijos al colegio, participa de las actividades extraescolares y corría a pies descalzos con una falda midi y un cinturón de cuero a la cintura. Una imagen icónica que, sin duda, vive en los imaginarios colectivos al igual que el revenge dress firmado por Christina Satmbolian. Una pieza tan poderosa como el legado de Lady Di que, en ese evento de 1994, plasmó los casi 15 años de infidelidades del Príncipe Carlos en una venganza simbólica de glamour y estilo. Dignos de imitar, sus imponentes looks continúan vigentes a través de biker shorts conjugados con polerones universitarios, blusas de mangas abullonadas y una increíble manera de lucir el blanco.

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